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Para algunos, es apenas un DT de fútbol; para otros se ha convertido en un guía y líder espiritual. La vida le golpeó de forma cruel en 2019, pero años después, el español supo convertir su dolor en enseñanza. Cuando unos esconden y callan con el duelo; él lo muestra, conversa y saca una lectura constructiva a quienes le preguntan por Xana, su hija fallecida a causa del cáncer. Luis Enrique no es una cebolla que tienes que ir pelando capa por capa, sino es una puerta abierta que nos confirma que sin salud emocional no puede existir el liderazgo; que, sin amor, no puede existir el legado. Y, que hoy, ni el fútbol de Mbappé, Messi y Neymar pudieron adherir más aficionados del que el humanismo que nos ha dado este hombre de 55 años. Esta es su historia, la que hace alucinar a miles de hinchas con el Barcelona de la ‘MSN’, que ganó la ‘Orejona’ en Berlín.

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Seis años atrás, siendo seleccionador de España, Luis Enrique anunciaba en junio que renunciaba a su cargo por un “problema familiar”. Dos meses después se conocía la muerte de su hija, con nueve años. “Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado, pero me considero afortunado. ‘Pero si se te ha muerto una niña’. Bueno, mi hija vino a vivir con nosotros nueve años maravillosos. Tenemos mil recuerdos de ella, cosas increíbles. En el plano físico no está, pero cada vez que hablamos de ella y nos reímos, pienso que nos ve”, confesó el entrenador en ‘No tenéis ni p*** idea (Prime Video, 2024) sobre su día a día en París, la ciudad que mejor ha sabido acogerlo desde su etapa en Barcelona, cuando ganó el triplete al lado de Messi, Neymar, Luis Suárez y compañía.

El fútbol en el PSG

Para quienes conocen a Luis Enrique, dicen que se comporta como si no tuviese nada que perder, como si España haya provocado un cambio de 180 grados en él, tras el Mundial de Qatar. El de Gijón estuvo cerca de darle un título a su selección, pero ahora todo le da igual, como si su fortaleza se centrara más en la unión que en la presión. “Me gusta porque le contrató el club más mediático de Francia y se comportó como si le diera igual”, señaló Javier Prieto Santos, de la revista So Foot, en un artículo que recoge El País. También le dio igual la partida de Kylian Mbappé, de quien dijo que jugarían mejor sin él y ha tenido razón, más allá de las críticas sobre él a inicios de temporada.

En una institución que ha gastado más de 3.000 millones de euros en jugadores y ha probado todas las fórmulas para darle la primera Champions de su historia al PSG, Luis Enrique pudo convencer a Dembélé de que es uno de los mejores atacantes del planeta, supo reencontrarse con Ruiz, de quien reconoció haberse equivocado al no llevarlo a la Copa del Mundo y convenció a la directiva de que no había que sacar cheques más grandes para nuevamente llegar a una final.

Luis Enrique tiene contrato con el PSG hasta junio del 2027. (Foto: Getty Images)
Luis Enrique tiene contrato con el PSG hasta junio del 2027. (Foto: Getty Images)
/ Hugo Pfeiffer

Los Pacho, Mendes, Vitinha, Neves, Ruiz, Doue, Barcola y Kveratskhelia son un equipo, los que se acoplan a su idea, frente a individualidades que creían que eran la solución y el resto, un problema.

Muchos ahora relacionan su equipo con el del Barcelona del 2014-15, pero sería como comparar un salón de superdotados (Alves, Pique, Rakitic, Iniesta, Messi, Suárez y Neymar, entre otros) con el aula más aplicada de la clase, la que entiende cada palabra y enseñanza de su DT en la filosofía que predica en el fútbol. Las asociaciones de la ‘MSN’ eran producto de la inventiva y cientos de posibilidades que podía hacer el tridente; la del PSG, parte en base a la idea base que trabaja Luis Enrique. Ahora, ¿su equipo es igual de temible? Probablemente, no, pero es el que mejor fútbol tiene hoy en el mundo, el que ha convencido de que la Ligue 1 sí puede estar en la élite de Europa.

Esta temporada, Luis Enrique ha ganado la Ligue 1 ,la Copa de Francia y busca la final de la Champions League. (Foto: Getty Images)
Esta temporada, Luis Enrique ha ganado la Ligue 1 ,la Copa de Francia y busca la final de la Champions League. (Foto: Getty Images)
/ Hugo Pfeiffer

El deseo de la conquista

A Luis Enrique lo definen como un hombre brillante y exigente, pero probablemente es más simple de lo que creen si solo es escuchado. Intentó motivar y retar más de una vez a Mbappé, explicándole que necesitaba que él también debía defender, pero el campeón del mundo –hace siete años- se fue al Madrid en busca de la gloria y terminó frente a otra pared, ya sin Ancelotti y con dos títulos (Intercontinental y Supercopa de Europa), que no pesan tanto tras el inicio de la hegemonía de Lamine Yamal, quien pareciera ser el inicio de la historia de Messi con Ronaldo.

“Tengo el deseo de poder hacer lo mismo con el PSG”, ha confesado el entrenador. “No estará mi hija, pero lo hará espiritualmente”. Hay fotografías de Luis Enrique junto a Xana, quien portaba una bandera del Barcelona, escenificando la conquista en Berlín. Años después, probablemente el DT busca hacerle homenaje y darle las gracias por seguir adelante en la vida. Ese es su sueño y el legado que busca dejar en Francia.

Luis Enrique en la celebración del título de la Champions League en Berlín (2015) al lado de su hija Xana. (Foto: Getty Images)
Luis Enrique en la celebración del título de la Champions League en Berlín (2015) al lado de su hija Xana. (Foto: Getty Images)
/ Laurence Griffiths
SOBRE EL AUTOR

Licenciado en periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Máster en Dirección de Empresas de Comunicación en la EAE Business School. Subdirector en Depor y columnista en Deporte Total. Aficionado al fútbol y apasionado a la NBA.