Pese a la inversión millonaria para contratar a Cristiano Ronaldo, la Juventus llegó a 23 años de fracasos en Champions League con su eliminación ante el Ajax. (Foto: AFP)
Pese a la inversión millonaria para contratar a Cristiano Ronaldo, la Juventus llegó a 23 años de fracasos en Champions League con su eliminación ante el Ajax. (Foto: AFP)
Guillermo Oshiro Uchima

“Uno no puede sentarse con 10 euros en una mesa de un restaurante de 100”. En el 2014 y después del tricampeonato que le devolvía a la la hegemonía en la Serie A, Antonio Conte daba por finalizada su etapa en Turín, luego de criticar el conservadurismo económico de la familia Agnelli, dueña también de la famosa Fiat.

Unos cuartos de final y una pronta eliminación en fase de grupos de la fueron los detonantes para que el técnico exigiera una mayor inversión para sentarse en la misma mesa con los grandes de Europa. Los capos de la ‘Vecchia Signora’ consideraron excesivas las pretensiones de Conte –que aceptaría una oferta millonaria para dirigir al Chelsea– y lo reemplazaron con Massimiliano Allegri.

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En la nueva etapa con Maxi (Livorno, 1967) en el banco, los ‘bianconeros’ prolongaron su dominio territorial en la península itálica instaurando una monarquía jamás vista en las ligas top del Viejo Continente, un poderoso imperio que más temprano que tarde –este sábado en casa ante la Fiorentina necesita apenas un empate– llegará a las ocho temporadas conquistadas: tres de Conte y cinco de Allegri.

Con el actual estratega italiano, recurriendo a otros métodos muchísimo menos rigurosos que el de Conte en todo sentido, la marcha de la Juventus en Europa fue más auspiciosa: dos finales (2015 y 2017), unos cuartos de final (2018) y otros octavos (2016). Los Agnelli entendieron que para lograr la redención (en 1985 y 1996 levantaron sus únicas Orejonas) había que ponderar las recomendaciones de Conte. Y esta temporada era la elegida para el gran asalto europeo con la apuesta más ambiciosa en la historia del club turinés.

Una inversión de más 110 millones de euros en Cristiano Ronaldo, otros 80 millones en fichar a Joao Cancelo y Douglas Costa, además de 35 millones adicionales para ‘repatriar’ desde el AC Milan a Leonardo Bonucci significaban el salto de calidad para levantar la Orejona.

“Ganar no es lo importante; es lo único que cuenta”, decía orgulloso Andrea Agnelli, el presidente del club que mantiene el linaje de la familia iniciado por su abuelo Edoardo, y continuado por su tío Gianni y su padre Umberto. “Contar con Cristiano nos ayudará, sin duda, a conseguir nuestros objetivos”, fue el pronóstico finalmente inconcluso. En la recta final de la temporada, la Juve ya se quedó sin Copa Italia y sin Champions, luego del magistral recital del Ajax en Turín (2-1 a favor de los holandeses, que queda cortísimo por la armonía de un juego de pases hipnótico en la segunda mitad del partido).

La eliminación de Europa de la ‘Vecchia Signora’ desvirtúa entonces la teoría de Conte, pues el cuadro de Ámsterdam cuenta con un plantel que apenas supera la mitad del valor de mercado de la escuadra italiana. Con 10 euros en el bolsillo, Erik ten Hag se ha sentado en la mesa de los grandes con su refrescante e inspirador Ajax, que pregona un fútbol ofensivo, como manda la tradición holandesa.

El sueño europeo de la Juve se torna otra vez prohibitivo porque no existe proyecto exitoso sin un juego colectivamente sólido que lo respalde. A los ‘bianconeros’ les faltó esa armonía que le sobra al Ajax para estar a la altura en un restaurante de 100 euros.

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