Fórmula 1: ¿Por qué ganó Verstappen?, por Daniel San Román

DANIEL SAN ROMÁN

Lo de hoy en España ha sido para alimentar la esperanza y la ilusión. En medio de una categoría monotemática, aburrida por el dominio plateado de Mercedes, la victoria del adolescente Verstappen le dice al mundo que la categoría aún tiene ilusión y que el mañana ya tiene nombre. El joven holandés de escasos 18 años se convirtió ayer en al piloto más joven en ganar un GP en la historia de la categoría quebrando el récord que poseía Vettel quien en el 2008 ganó el GP de Italia con 21 años.

Ganó Verstappen con contundencia y arrojo aguantando los embates de Räikkönen en las postrimerías, ganó dejando en claro que pese a su juventud la ambición le alcanza para contrarrestar a la experiencia de sus rivales. En una carrera donde los Mercedes me marcaron solos pese a tener la primera línea de la grilla de partida (se despistaron metros después del semáforo), el holandés logró con Red Bull marcar el ritmo y la estrategia. Mal por Mercedes que deja en claro que no puede controlar a sus pilotos y menos a Hamilton que tras perder la pole con su compañero de equipo prepoteó contra el alemán para terminar ambos en la grava.

Tras tantos años de monarquías en la categoría (la era Schumacher, la era Vettel y la reciente era Hamilton), lo de ayer de Verstappen sirve para la ilusión. Su aparición temprana deja en claro que es la figura del mañana y que es cuestión de tiempo que llegue a Ferrari. Hoy fue un reloj, falló menos que nadie, prolijo en los pianos, ordenado en las chicanas y obediente en las detenciones. Soportó la presión de los Ferraris como un grande.

Así como mi generación se crio con hazañas de Senna, la de mis sobrinos con las de Schumacher, los millennials con las de Vettel, los niños de hoy ya tienen un ídolo para seguir y se llama Verstappen. Hay futuro. Gran hallazgo en una categoría que parecía destinada a la modorra.

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