Marco Antonio Rodríguez al lado de Thomas Müller y David Luiz. (Foto: AFP)
Marco Antonio Rodríguez al lado de Thomas Müller y David Luiz. (Foto: AFP)
Marco Quilca León

Era una tarde soleada del 7 de julio del 2014 en el estadio Mineirao de Brasil. Alemania le propinaba una de las mayores goleadas en la historia de los mundiales al equipo local: 7-1. Entre las más de 51 mil personas que asistieron aquel día al recinto -contando hinchas, futbolistas, cuerpo técnico, trabajadores, etc.- estuvo Marco Antonio Rodríguez. Vestido con un short azul oscuro y una camiseta celeste, el mexicano nacido en 1973 fue el espectador más cercano de aquella humillante derrota del Scratch. Es más, fue quien validó con su silbato cada uno de los goles alemanes. Tenía 40 años y estaba en su tercera Copa del Mundo como árbitro, también impartió justicia en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. El partido en sí será recordado por todos, pero más por él. Porque ese fue el último duelo que dirigió.

Cuando pitó el final, las cámaras enfocaron la alegría alemana y la tristeza brasileña. Él se quedó a un lado mirando el estadio, las gradas, su uniforme y su gran amigo que lo acompañó por 19 años: el silbato. Tenía una mezcla de emociones. Pero su decisión tenía un propósito. Quería ser director técnico. Han pasado cinco años de ese partido y Marco Antonio acaba de cumplir su segundo sueño: será entrenador del Salamanca CF, conjunto que milita la Tercera División de España.

En ese Mundial Brasil 2014, el último que dirigió, Rodríguez también estuvo en el Uruguay-Italia. El partido del famoso mordisco de Luis Suárez al defensor Giorgio Chiellini, lo que causó la expulsión y suspensión del uruguayo.

-Su primera experiencia-

Luego de abandonar su carrera como árbitro, Marco empezó a estudiar para ser técnico. "De ahí me preparé, saqué el título, tomé un máster en España, saqué licencias UEFA y se abre esta oportunidad que es la gran chance que había pedido. Llevo años trabajando para no cerrarme las puertas”, contó en una entrevista antes de partir hacia España en su primera aventura de su segunda carrera. “Alguna vez dije que yo sería entrenador de la selección mexicana. Voy por todo”, añadió.

Además, Rodríguez, como no podía ser de otra manera dado su pasado como juez, ha recalcado que tendrá un máximo respeto por sus excolegas: "Quiero que mi estilo como director técnico sea respetar a los árbitros aunque se equivoquen".

-Otros casos-

Marco Antonio no es el primer árbitro –ni el último, seguramente- que decide irse a la vereda de los técnicos. A continuación presentaremos una lista de multifacéticos personajes del fútbol:

Fernando Marcos:

También mexicano de nacimiento, Fernando debutó como jugador profesional en el Germany, allá por 1931. Participó del Mundial de 1934 con su selección, pero una lesión en la rodilla sufrida dos años más tarde lo obligó a retirarse. En 1937 dirige como árbitro su primer partido en el duelo de Copa entre Asturias y América. En 1942 se hizo locutor de radio y seis años después fue técnico de Asturias, un equipo de la Primera División mexicana.

Carlos Fanta:

Nacido en Chile en 1890, Carlos fue fundador, jugador y dirigente de la rama universitaria del Internado Football Club. Luego de colgar los botines, fue árbitro. En realidad, su caso fue circunstancial, pues en 1916 había pocos jueces para dirigir la Copa América –en ese tiempo llamado Campeonato Sudamericano- y él tuvo que actuar como tal. Un año más tarde, en la segunda edición del torneo, fue elegido mejor colegiado del continente. También fue técnico de su selección. Por sus 40 años como dirigente de actividades deportivas, el gobierno de su país lo condecoró con la Medalla al Mérito del Deporte Chileno.

Pedro Escartín Morán:

El español es uno de los personajes más destacados en la historia del fútbol ibérico. Inició su carrera como futbolista en la Real Sociedad Gimnástica Española a principios del siglo XX y se volvió árbitro en 1924. Como juez dirigió partidos en los Juegos Olímpicos de 1928. Luego dirigió a España entre los años 50 y 60. Después de dejar la selección de su país, Pedro se dedicó al periodismo en diversos medios, entre los cuales destaca el diario “Marca”.

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