Cristiano Ronaldo fue incluido en el equipo de ensueño de la revista France Football. (Foto: AFP)
Cristiano Ronaldo fue incluido en el equipo de ensueño de la revista France Football. (Foto: AFP)
/ JOSEP LAGO
Jorge Barraza

¿Di Stéfano y Cruyff fuera del equipo de todos los tiempos…? ¿Yashin el mejor arquero…? ¿Maldini antes que Roberto Carlos…? ¿Ningún francés en la alineación…?

CONTENIDO PARA SUSCRIPTORES: ¿Cuál es el equipo que salió más veces campeón en el nuevo milenio?

A falta de Balón de Oro en este año tan luctuoso, la revista France Football armó el Equipo de los Sueños, el once ideal de la historia, elegido por 140 periodistas vinculados a la publicación. Una tarea sin duda apasionante y con mucho debate, que despertará eterna polémica. Por qué este y no aquel. Ante todo, cabe decir que el periodismo deportivo francés ha sido siempre de prestigio y muy enfocado en lo internacional, casi más que en lo local, de modo que cualquier trabajo de investigación o de opinión de su parte merece máximo respeto. Y aparte debe entenderse que hubo decenas de cracks, pero en un equipo entran once, no más. Resulta inevitable que jugadores extraordinarios se queden debajo de este tren. Veamos…

En lugar del antiguo 3-2-5 inglés, del 4-2-4 húngaro o brasileño, del más universal y moderno 4-3-3 o del actual 4-2-2-2 ó 4-2-3-1, France Football eligió once nombres sobre un extraño plano de 3-4-3. La oncena de oro quedó integrada por Lev Yashin en el arco; Cafú y Paolo Maldini marcando las bandas con Franz Beckenbauer como único zaguero; Xavi Hernández y Lothar Matthäus en el centro del campo; Pelé y Maradona en la línea de volantes, pero más adelantados y arriba Messi, Ronaldo y Cristiano Ronaldo. Tres brasileños, dos argentinos, dos alemanes, un ruso, un italiano, un español y un portugués.

¿Están bien escogidos…? Eso depende, en realidad, del gusto de cada uno. Por supuesto, los encargados del tema son analistas que han hecho una evaluación previa y habrán tenido en cuenta cantidades de aspectos, como CLASE, TRAYECTORIA, TÍTULOS Y GRAVITACIÓN en el devenir del juego. Y estos once parecen invencibles, pero sí hay objeciones. Para empezar, Yashin no está por encima de los fantásticos arqueros actuales. Siempre nos hemos decantado por Casillas, incluso Fillol marcha casi pegado a Iker. El madridista ha tenido cientos de actuaciones absolutamente descollantes, salvadoras. Y de los del momento, Neuer y Buffon, dos candados. Los guardametas de ahora son muy superiores a los de hace cincuenta o sesenta años.

Dejar de suplentes a Di Stéfano y Cruyff para darle la titularidad a Cristiano Ronaldo y a Matthaus definitivamente no cierra. Cristiano es un goleador notable y casi seguro será el mayor anotador de todos cuando se retire, pero el juego también cuenta, y en ese rubro pierde por goleada con Johan o Alfredo, quienes además de artilleros eran técnicamente mejores y tenían LIDERAZGO y CONDUCCIÓN. Además de meterla, eran arrolladores para el rival. Di Stéfano “inventó” al Real Madrid; a un club que apenas tenía dos ligas le imprimió su carácter feroz y lo convirtió en el más ganador del mundo. Y el pionero del jugador moderno, de jugar de todo en todos los sectores. Cruyff encumbró al Ajax, a Holanda y revolucionó al Barcelona. Es probable que ninguno de los 140 electores haya nacido cuando Alfredo debutó en la Primera de River en 1945. No obstante, no haberlo visto en campo no invalida del todo; hay videos y hay una dimensión de gigante que no puede soslayarse. Pero está claro que uno se inclina más por aquello que sí pudo ver.

Matthaus es casi un intruso en un once ideal. Con él acontece lo mismo que con Cristiano, Cafú y Maldini: son un prodigio de eficiencia, no de ESPECTÁCULO, un ítem imprescindible a la hora de consagrar a un número uno. Los goles y los títulos valen, la BRILLANTEZ y el TALENTO también. Es un combo de varios factores. Maldini fue un fenómeno marcando la punta, Roberto Carlos llenó los ojos de millones por POTENCIA, REMATE, OFENSIVIDAD, SHOW. Era exuberante. En el otro lateral, los títulos de Cafú, su impresionante ida y vuelta en cien metros de cancha lo sitúan bien arriba, aunque no tuvo el VIRTUOSISMO DESPAMPANANTE de Dani Alves, capaz de ser el armador de un equipo desde la banda derecha. Si hubiese querido jugar de 10, descollaba también.

Xavi Hernández está perfecto, su inclusión es un acto de justicia con el mejor volante conductor que este cronista haya visto. Sin contar logros, que los tiene por decenas, vale su manejo de pelota, su clarividencia magistral para ver por dónde debe ir el juego, si se acelera o se hace la pausa, cuándo meter el pase filtrado, un EMPERADOR DEL TOQUE con la virtud de saber tener la pelota y llevarla cuando hace falta. “Él decide cómo se juega el partido”, dijo una vez Checho Batista, agudísima definición. Jugaban veintidós, pero el desarrollo estaba dentro de su cabeza únicamente. Si jugara en un equipo con Pelé, Maradona, Di Stéfano, Messi, Cruyff, el que conduciría sería Xavi, un mariscal de campo.

Obviamente, Pelé, Maradona y Messi no tienen discusión posible. Messi, al margen de sus goles y sus diversos atributos, es el jugador con mayor VERTICALIDAD que tuvo este deporte, mérito sensacional: siempre ir para adelante pese a cualquier dificultad, estando rodeado, con o sin espacios, cerca o lejos del área, con perfil o sin él. Verticalizar (encarar) es lo más complicado del fútbol. Con Pelé se incurre en un eterno error posicional: creer que era un enganche, un volante ofensivo creador de juego. Para nada: era delantero neto. En los tiempos del 4-2-4 se jugaba con dos punteros y dos atacantes por el centro, que en Santos eran Pelé y Coutinho. En Brasil, Pelé y Vavá o Pelé y Tostão. No era de estar en el área sino de llegar al área. En México ’70, quince años después de debutar, siguió siendo punta. Sobre el final de su carrera, como todo jugador inteligente y dotado que además va perdiendo velocidad y potencia, se tiró unos metros más atrás. La confusión la genera su camiseta 10. El 10 sugiere un volante armador.

Maradona, como Beckenbauer, no exige explicación alguna. Un comentario sobre Ronaldo Nazario: espectacular, encantador, fabuloso DEFINIDOR, pero desparejo, y con tres o cuatro años de fulgor, todo lo demás fueron lesiones y mudanzas de club. Parecido a Ronaldinho, un FANTASISTA que en la élite duró tres años, los tres en el Barsa. Todos los demás brillaron al menos quince años.

Muchos preguntan por qué no están en el Dream Team Zidane o Platini, sobre todo en una encuesta realizada por franceses. Sin duda han sido fantásticos los dos, más elegante Zinedine, mucho más goleador Michel. Sin embargo, no alcanzan el escalón de Pelé, Maradona o Messi, tres de los cuatro grandes si insertamos a Di Stéfano o tres de los cinco si agregamos a Cruyff.

Como once de plata fueron preferidos Buffón; Carlos Alberto, Baresi y Roberto Carlos; Zidane, Pirlo, Rijkaard y Di Stéfano; Garrincha, Ronaldinho y Cruyff. Y el histórico de bronce fue con Neuer; Lahm, Sergio Ramos, Paul Breitner; Platini, Neeskens, Didi; George Best, Thierry Henry y Marco Van Basten. Hay para satisfacer todos los paladares. Y lo último: Neymar no figuró en ninguno de los tres equipos. Un futbolista excepcional que por actitudes infantiles no termina de encajar en el gusto universal.

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