¿Qué hay detrás de la histórica huelga en Copa del Rey?
¿Qué hay detrás de la histórica huelga en Copa del Rey?
Redacción EC

El partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, un torneo emblemático en España, entre el Racing de Santander y la Real Sociedad duró 57 segundos.

En ese tiempo, los jugadores visitantes sacaron del centro de la cancha y empezaron a pasarse el balón mientras el equipo local se unía en un abrazo en el círculo central. Cuando la pelota finalmente salió del campo, el referí Gil Manazano se acercó al capitán del Racing, Mario Fernández, quien le confirmó que no iban a jugar.

La decisión fue tomada el 27 de enero, cuando la plantilla del Racing, que no cobra sus salarios desde hace tres meses, había declarado públicamente que no disputarían el encuentro si no renunciaba el presidente del club, Ángel Lavín, y su directiva.

"Este señor tiene el club secuestrado, no mira por el club y sí mira por sus intereses, es una pena", dijo Mariano, delantero del conjunto racinguista, mientras agradecía el apoyo de los aficionados que se acercaron al estadio Sardinero para apoyara sus jugadores.

"Era el partido de nuestras vidas y lo hemos cambiado por la dignidad", añadió Paco Fernández, el técnico del club de Segunda B (tercera división) que, a pesar de los problemas económicos y de los dos descensos que ha protagonizado la institución en los últimos dos años, se había colado en los cuartos de final del torneo que reúne a los equipos de distintas divisiones del fútbol español.

Un fútbol español, cuyas autoridades se han comprometido a no sancionar a los jugadores del Racing, considerados por la prensa española como los menos responsables de una crisis que afecta a gran parte ambiente futbolístico de ese país y calificados por la prensa de Cantabria, la región autonómica donde juega el equipo, como "héroes".

Efecto dominó

"El fútbol español atraviesa una crisis tan dura como el país y esto afecta principalmente a los clubes de Segunda División y de Segunda B, e incluso a algunas instituciones deportivas de la Primera", le dijo a BBC Mundo el periodista deportivo español Diego Torres.

Torres indicó que en el pasado muchos clubes españoles se financiaban con las ayudas de las cajas, instituciones financieras locales, y gracias a sus vínculos políticos con las administraciones regionales, tanto ayuntamientos como comunidades autonómicas.

Con la crisis económica inmobiliaria que estalló en 2008, las primeras en sufrir las consecuencias fueron estas administraciones, luego las cajas y por último los clubes que dependían de estos dos actores.

Pero el Racing, "un club tremendamente politizado con fuertes vínculos con la Comunidad Autónoma de Cantabria" según lo describe Torres, sufrió además dos penurias adicionales: la llegada en enero de 2011 de un empresario extranjero que iba a salvar el club y a quien no se ha vuelto a ver por el Sardinero desde mayo de ese año, y el descenso a Segunda en 2012 y a Segunda B en 2013.

Para el profesor de Economía Financiera de la Universidad de Barcelona, José María Gay, "a diferencia de otras regiones como Valencia, Andalucía, Galicia y Aragón, Cantabria es una de las zonas menos castigadas por la crisis", por lo que en su opinión, en el caso particular del Racing el problema principal radica en la "transacción frívola" que se produjo con el arribo al club del empresario de origen indio Ashan Ali Syed.

"Nosotros aquí en España miramos mucho a la Premier (la primera división del fútbol inglés) y vemos lo bien que lo hacen todo esos empresarios asiáticos, árabes y rusos que llegan y compran clubes. Y luego viene este personaje, aterriza en el Racing y todos caen en la trampa. No se puede hacer un negocio de esta naturaleza sin indagar previamente garantías y solvencias", añadió el académico.

Derrotas y desapariciones

El 29 de enero Ali Syed, un empresario cuya compañía -Western Gulf Advisory (WGA)- tiene sede en Bahréin, se comprometió a pagar 15 millones por el principal paquete accionario del club en manos de la empresa Dumviro, propiedad de Jacobo Montalvo. Según el diario español El País, WGA sólo desembolsó 500.000 euros.

Son pocas las fotos en donde se puede ver a Ali Syed en el palco del estadio o las declaraciones que se pueden leer del empresario indio sobre su nueva adquisición. Una del 28 de febrero de ese año recogida por la agencia AFP llama la atención por estar indirectamente vinculada a uno de los hechos históricos más importantes de este siglo.

Ese día, con manifestaciones populares en las calles de Bahréin en contra de la monarquía inspiradas en la Primavera Árabe que había comenzado en Túnez, Ali Sayed dijo estar orgulloso de Bahréin y de la familia real (que días después pedirá el auxilio de las tropas de Arabia Saudita para reprimir las protestas), sostuvo que Bahréin era "tan estable como España" y aseguró que su equipo podía derrotar al Real Madrid en el próximo encuentro de la Liga (el Racing terminaría perdiendo 3 a 1 en su estadio).

El 10 de mayo de ese año fue la última vez que el empresario pisó el palco del Sardinero. Dos meses después el club solicitó el concurso de acreedores, luego Montalvo presentó una demanda ante la Justicia para reclamar sus acciones y el 5 de mayo de 2013 Ali Sayed renunció al 99% de las acciones del Racing, un mes antes del descenso a tercera división.

"A diferencia de lo que ocurre en otras ligas europeas, que garantizan por unos años los ingresos a los clubes que descienden, en España irse a Segunda implica para la mayoría de los clubes no poder cubrir sus gatos, pueden perder entre el 70 y el 80% de los beneficios económicos que tenían en la Primera División", le comentó Diego Torres a BBC Mundo desde Madrid.

Esto lo saben mejor que nadie los once jugadores del Racing de Santander que saltaron al campo por 57 segundos, quizás los 57 segundos más largos en la historia del club en particular y del fútbol español en general.

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