Lionel Messi ya lo había advertido: “Para mí no significa nada la cláusula o el dinero. Me muevo por otras cosas. Lo más importante para mí es tener un proyecto ganador”. A falta de una explicación oficial por parte del argentino, sus declaraciones al diario Sport en noviembre del año pasado podrían servir para entender por qué decidió replantear su futuro lejos del Barcelona, club al que parecía iba a estar ligado de por vida.
MIRA | Messi quiere dejar el FC Barcelona EN VIVO: sigue aquí las últimas noticias sobre el futuro del crack argentino
El inolvidable 8-2 del Bayern Múnich precipitó la determinación del rosarino, quien había amagado con irse en años anteriores. Que Messi haya pateado el tablero y comunicado su intención de marcharse a través de la frialdad de un burofax, representa una grieta muy profunda.
“Quiero ganar en este club. Esta es mi casa. No tengo intención de moverme a ningún lado pero quiero seguir compitiendo y ganando”. Remitiéndonos nuevamente a la entrevista que dio al medio catalán, el crack de 33 años dejó de ser feliz vestido de azulgrana. Se va porque siente que está en un equipo perdedor y no ve soluciones en el corto plazo.
Entendiendo que sus aspiraciones tienen como principal enemigo al reloj, Messi está pensando en él. Se cansó de asociarse, levantar la cabeza para pasarla al mejor ubicado, de dejar todo servido… Leo es el dueño del balón y hará lo que mejor le parezca. Está en su derecho de irse al Manchester City de Pep Guardiola y el ‘Kun’ Agüero, pero con esa misma valentía para decirle adiós al Barza tras 20 años, deberá dirigirse a los hinchas y explicar a detalle esta pesadilla que están padeciendo.
Messi quiere volver a ganar y hacerlo en la competencia más importante después del Mundial: en la Champions League. Está perfecto pero que salga y lo diga. Que no deje la pelota dando botes, haciendo creer que el arreglo de todo es la dimisión de Josep María Bartomeu. El lamentable presidente del club culé, quien presentó al joven Trincão un día después de conocerse la postura del máximo ídolo del Barcelona, colaboró para que se llegue a esta situación límite, al igual que el argentino. Bartomeu, al que el cargo le quedó extra large, tiene fecha de caducidad en el trono azulgrana, máximo ocho meses. Por eso, Lionel tendrá que elegir sabiamente sus palabras para justificar ante los seguidores su partida.
Por su parte, el mandatario no debe ceder frente a la presión mediática. Que se mantenga en el cargo contra viento y marea también es clave en esta historia. Con o sin Bartomeu, Messi tiene decidido irse. No solo eso, ¿se imaginan el terrible precedente que significaría la salida del presidente porque es una condición del argentino? De darse, ¿el siguiente en asumir las riendas del club se elegiría en elecciones o por voluntad del rosarino?
Mientras el balón viaja de aquí para allá, el único que corre detrás de él sin poder alcanzarlo es el Barcelona. Bartomeu, que está con la soga al cuello, será recordado por perder a Neymar, invertir los 222 millones de euros que dejó la venta del brasileño en la ruina de la institución y propiciar la marcha de la máxima estrella del barcelonismo. Messi será llorado en Cataluña hasta el final de los tiempos. A modo de agradecimiento, Leo debería dejarle algo de caja al club. No los 700 millones de euros que piden desde la cúpula de la entidad. En cambio sí un monto que le permita al Barza empezar de nuevo, que contenga la esperanza de mejores días a pesar del dolor incurable por ver salir de casa a su hijo predilecto.
VIDEO RELACIONADO
MÁS EN DEPORTES
- Lionel Messi y Luis Suárez cenaron juntos en Barcelona, mientras se define su futuro
- Lionel Messi y una medida necesaria: entrenaría el lunes con el FC Barcelona para evitar problemas legales
- “Yo hablo cuando tengo que hablar”: Luis Suárez se queja de la gente que dice cosas en su nombre
- Ministerio Público investiga a Agustín Lozano por el caso de reventa de entradas durante Eliminatorias
- “Es el momento de decir basta”: los Lakers se unen a la lucha contra el racismo tras ataque a Jacob Blake