Rogger Fernández

Dicen que el amor, como en el fútbol, se construye a base de gestos; con acciones que van superando pruebas y enamorando silenciosamente a quien tiene los ojos puestos en uno. Quizá Hernán Barcos no es consciente de eso, pero ha logrado edificar una relación inquebrantable con el hincha más allá de un partido. Representa todo lo bueno de un futbolista: profesionalismo, jerarquía, experiencia y goles. Es un delantero de casi 41 años que le pone ganas y decide bien. Un ‘9′ que aparece y todavía no dimensiona lo que genera y/o atrae. Y ante Deportes Iquique, como lo viene siendo durante la Copa Libertadores, escribió con gol otra página más en esa novela de romance que tiene con Alianza Lima.