La ira del hincha con Paolo y el “siempre lo mismo” por la roja a Garcés: lo que no se vio de la dura derrota de Alianza en la Copa

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Con el estadio repleto, coloreado con los tradicionales azul y blanco, una fiesta en cada sector con instrumentos musicales que acompañan cada cántico, y un mosaico del escudo aliancista que se impone en la tribuna de oriente. Matute luce, brilla y baila en la previa de un partido trascendental. El hincha explota con la salida de los jugadores -sus jugadores- y aplaude cada acción. También, claro, hay silbidos para los rivales. El objetivo es claro: incomodarlos.

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El Alianza del Pipo Gorosito, ese que supo eliminar a Boca del torneo que ganó seis veces, se entusiasmó. Se envalentonó. Quizá por el recuerdo reciente del empate 2-2 en Brasil. O tal vez por el apoyo de su inseparable hinchada. Lo cierto es que los blanquiazules le dominaron el partido al brasileño Sao Paulo en los primeros 30 minutos, que no es poca cosa. “La primera media hora fue la mejor desde que estamos”, valoraría después el técnico argentino.

El único -y gran- problema es que Alianza no concretó sus ocasiones de gol. Guerrero, Quevedo o Castillo siempre decidieron mal. Y Sao Paulo, en su primer ataque real, metió el primero. Los brasileños aprovecharon los errores de Marco Huamán, Erick Noriega y Carlos Garcés para poner el 1-0 en el marcador y silenciar por unos instantes el estadio victoriano.

Víctima de la presión

Con el gol en contra, Alianza fue un concierto de errores e imprecisiones, guiados por el resultado adverso y la presión del hincha que en las tribunas criticaba cualquier fallo. Gorosito intentaba mantener la calma, pero no podía. Estaba de brazos cruzados, pero cada tanto volteaba a ver a su cuerpo técnico para marcarle un error que lo siguió toda la tarde-noche: su equipo no salía a presionar y esperaba en la mitad del campo.

Los hinchas perdieron los papeles con Paolo Guerrero en el segundo tiempo. Si en la primera mitad aplaudieron su entrega y exigieron al árbitro que cobre las faltas en contra de su ‘9’, en el complemento no hicieron más que pedirle a Gorosito el cambio: “¡Que entre Barcos por Guerrero!”, gritaban desde las tribunas. En los 56 minutos que estuvo en el campo, Paolo apenas hizo un remate fuera. Después, apenas ganó cuatro de 14 dueños. Y eso el aliancista en las tribunas lo notó.

Cuando Gorosito mandó a llamar a Hernán Barcos, un hincha se acercó lo más que pudo al argentino y le gritó sin parar: “en tí confiamos”. Los aplausos para el Pirata no tardaron en llegar, mientras que Guerrero se llevaba algunas críticas por su bajo rendimiento.

A los 69 minutos, un error de Erick Noriega terminó en la expulsión de Renzo Garcés por meter una falta como último hombre. “Siempre lo mismo”, se quejaban los hinchas en las tribunas. En Alianza se ha vuelto una constante: los íntimos son el equipo con más rojas (3) en la presente edición de la Copa, y acumula siete expulsiones en los últimos ocho partidos, contando todos los torneos.

La de Garcés fue una raya más al tigre que ha colmado la paciencia del hincha que no puede creer cómo su equipo suele quedarse con un hombre menos en los partidos. Algunos incluso le preguntaban a Gorosito quién era el psicólogo del club.

La derrota se consumó con el gol de André Silva, su doblete, a los 89 minutos. Una tarde-noche que los hinchas querrán olvidar, aunque lo rescatable fue el ingreso del ‘potrillo’ Piero Cari, quien fue valorado por todos en el estadio por su juego y rebeldía con el balón. Después, en Alianza necesitarán mucho para revertir la situación.

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SOBRE EL AUTOR

Marco Quilca León

Periodista en Deporte Total de El Comercio desde 2018, el mismo año que Perú cumplió el sueño de volver a un Mundial. Siete años en el diario con coberturas de Eliminatorias, Copa América, Mundial, Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos, en vivo y streaming.