César Vallejo fue eliminado de la Copa Sudamericana tras perder 1-0 ante Atlético Nacional de Colombia en el estadio Mansiche de Trujillo. El equipo de Franco Navarro hizo historia en alcanzar los cuartos de final del certamen; no obstante, la imprecisión en los metros finales no le permitió convertir el gol que necesitaban para forzar la tanda de penales. ¿Qué sucedió?
1. La elaboración del juego, la circulación del balón, no fue de las mejores que tuvo en el torneo. Optó por el pase largo casi como una obligación, cuando debería ser solo una opción entre muchas otras. Esto debido a que los delanteros realizaron solo movimientos profundos –lo ideal es que los alternen con otros en los que se recogen para generar confusión en el rival– De lo contrario, son fácil de tomar.
2. Las actuaciones individuales del equipo fueron de cinco puntos para arriba. El comportamiento físico, aún con un hombre menos (expulsaron a Luis Cardoza), fue bueno. Lo que le faltó a Vallejo fue pase final y eficacia. Eficacia, sobre todo, porque tuvo remate y pase final porque en reiteradas ocasiones decidió mal en los últimos metros. En muchas ocasiones no terminó los ataques. Vale resaltar el trabajo de Chiroque, quien hizo recordar su mejor nivel en la Copa América 2011.
En conclusión, Vallejo fue ayer un equipo con falta de inspiración e impreciso.
3. Despúes, no cedió casi ningún segmento de posesión del balón durante el partido. Generó más ocasiones que el rival y prácticamente no otorgó opciones a la visita, salvo un tiro libre al palo. Si su plan no cristalizó fue por falta de eficacia en el remate final (más allá del gran nivel del golero Armani). Y, claro, debió crear más chances de gol en relación al porcentaje de posesión de balón que tuvo en el compromiso.
4. ¿Mereció ganar justamente? Sí. Atacó todo el partido, perdió el balón lejos de su portería; sin embargo, no lo consiguió. La derrota por 1-0 fue injusta. Pero es fútbol. Lo único que debería preocupar a Franco Navarro es que su equipo necesita de muchas opciones de gol para hacer un gol y los rivales la mitad. Y eso no es para estar satisfecho.