
El presente de Sporting Cristal es tenebroso. El equipo celeste vive una serie de terror y suspenso. El lunes, en el cierre de la décima fecha del Apertura de la Liga 1, se reprodujo un nuevo capítulo de miedo y tensión que tuvo una duración de poco más de 90 minutos. Las sensaciones que dejaron los rimenses no han sido nada positivas de cara al futuro, pese a que volvieron a la victoria en el certamen doméstico al vencer por 3-2 a Juan Pablo II College. Resultado ajustado, que debió terminar al menos con un empate. Sin embargo, el fútbol no es de merecimientos, no siempre gana el que mejor juega, aunque ya los bajopontinos están excediendo el uso de esa peculiar frase futbolera.
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Paulo Autuori repitió el once que logró un puntazo en Asunción, la semana pasada en la Copa Libertadores. El brasileño, quien lleva cinco prácticas al mando de la SC, esperaba una mejor versión de su conjunto no solo por las diferencias técnicas, tácticos y físicas entre Cerro Porteño y el nuevo inquilino de la máxima división del fútbol peruano. Pero nada de eso ocurrió en un fantasmal estadio Alberto Gallardo, sancionado con una fecha sin público por actos racistas en el duelo contra Cusco FC (1-0), cuando Autuori recién conversaba con Gustavo Zevallos -director deportivo del club- para hacerse cargo de la dirección técnica del club que llevó a la gloria en la temporada 2002.
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El entrenador brasileño tuvo pocos momentos de pie, pero desde el gol del cuadro visitante, a los 10 minutos de juego, rompiendo la paridad del marcador, se le vio disgustado. Es más, cuando los bajopontinos remontaron, con los goles de Martín Távara y el doblete de Christofer Gonzales, Autuori, de 68 años, se mostró sereno, calmado. Sin embargo, cuando los jugadores erraban en los pases, perdían balones divididos y mostraban las deficiencias defensivas que arrastran desde hace varios años, daba a conocer con sus gestos todo su disgusto. Pero en medio de ese enfado, natural porque no están haciendo las cosas que él ha encomendado, abría una libreta que lo acompañaba en su silla, en el banquillo.
Se le vio al dos veces campeón de la Copa Libertadores (Cruzeiro 1997 y Sao Paulo 2005) apuntando tras el error en un pase en ataque de Catriel Cabellos. Curiosamente, el mediocampista de 20 años ya no volvió al campo en el segundo tiempo. El cuaderno de apuntes podría servir para realizar los ajustes en pleno partido, pero también a futuro, porque en cada error defensivo, tomaba el lapicero y empezaba a escribir. Claro, Autuori es consciente de que su principal trabajo está en lograr mayor solidez defensiva, pero aún no encuentra respuestas en los jugadores que ha colocado allí como Franco Romero, quien inclusive cedió el balón a dos solitarios rivales que al parecer, sorprendidos por la inusual acción, erraron en la definición.
En su conferencia de presentación y tras algunas entrevistas con medios, sostuvo que la evaluación al plantel recién la realizaría tras dos o cuatro partidos. Lo más probable es que ya pueda tener una lista de cambios drásticos a realizar en su próximo encuentro, uno de carácter vital si quiere seguir jugando la Copa Libertadores, ante Bolívar en Lima el miércoles 7 de mayo, pues este fin de semana descansa en el Apertura. Aunque uno ya puede deducir que modificaciones pueden darse ante los bolivianos como el de Nicolás Pasquini, de discreto nivel ante Juan Pablo II y que tras un error en un despeje decidió sacarlo del campo, moviendo al central Rafael Lutiger de marcador por izquierda y haciendo ingresar a Gianfranco Chávez en la zaga.
Esa libreta de Paulo Autuori también podría tener apuntado lo que necesita para reforzar al plantel. Cristal no tiene un mediocampista de marca, de las características de Gustavo Cazonatti o Jesús Pretell. Ambos lesionados, el primero, claro, fuera de toda la presente temporada y el segundo con una molestia que todos los hinchas quieren que pase lo más pronto posible para que vuelva a ser el corazón, el motor del equipo. También lo del lateral por izquierda, lo del central. Es inaudito no pensar en refuerzos, a menos que el trabajo del brasileño, en esta semana larga, pueda dar un giro de 360 grados en el nivel de los futbolistas que habitualmente juegan en esas posiciones.
Un punto importante a tener en cuenta es que una vez acabado el partido y trasladados los jugadores celestes al camerino, Autuori tuvo una extensa charla con el plantel. La prensa esperaba la salida de los futbolistas para conocer sus sensaciones del discreto encuentro, pero tardaron más minutos de lo habitual o a lo que se acostumbraba con el argentino Guillermo Farré, quien fue destituido tras los malos resultados. Queda claro que el brasileño tuvo una conversación nada amena después de lo sucedido en el campo de juego.
Un Enríquez sin voz y preocupación por el 'Santi'
Diego Enríquez volvió a ser figura en Sporting Cristal, pese a que en el inicio del partido estuvo a punto de cometer un ‘blooper’ con los pies tras la presión de los atacantes de Juan Pablo II College. Atajó cuatro remates con destino de gol, pero más allá de esas acciones, el arquero de 23 años se quedó afónico después de gritar durante los más de 90 minutos de juego. Durante la transmisión no se le escuchaba sus órdenes, pero en el mismo estadio Alberto Gallardo, sin los hinchas alentando, se confirmaba el liderazgo que ahora tiene dentro del equipo, el cual siempre estuvo presente, desde su etapa formativa en el club.
El futbolista de 23 años nacido en Abancay, criado en Cusco y que llegó a La Florida a los 12 años, estuvo ordenando a su equipo, sobre todo a su defensa, desde el primer minuto de juego. No podía estar calmado, tranquilo, con los diversos errores con la que convivía dentro de su área y su labor comunicativa se cobró por un momento el timbre de su voz que fue recuperando post partido.

El otro detalle, nada favorable para Sporting Cristal, que dejó el encuentro ante el conjunto de Chongoyape fue la lesión de Santiago González. El extremo argentino sufrió un golpe en la rodilla tras una jugada dividida con un rival y no pudo terminar el primer tiempo. Julio César Uribe, vocero y asesor institucional del club rimense, le indicó a RPP que se trata de una distensión en la rodilla. Aquella lesión tiene un tiempo de recuperación que oscila entre dos a seis semanas como máximo, perdiendo así la SC a uno de sus mejores jugadores en ataque.
No obstante, Deporte Total pudo conocer que el ‘Santi’ se trasladó a una clínica de Miraflores después del encuentro, acompañado de integrantes del departamento médico del club, para conocer a detalle el grado de su lesión, aquella de que debe ser comunicada en las próximas horas por la institución del Rímac.
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