Pablo Bengoechea aún no puede plasmar una clara idea de juego en Alianza Lima. El cuadro blanquiazul mantiene un nivel irregular y no convence al hincha. Más allá de la goleada ante el débil Juan Aurich en el mes de marzo, Alianza no ha dado señales de recuperación. (Foto: El Comercio)
Pablo Bengoechea aún no puede plasmar una clara idea de juego en Alianza Lima. El cuadro blanquiazul mantiene un nivel irregular y no convence al hincha. Más allá de la goleada ante el débil Juan Aurich en el mes de marzo, Alianza no ha dado señales de recuperación. (Foto: El Comercio)
Redacción EC

Por Kenyi Peña Andrade
se está ahogando con sus propias palabras. Las mismas que suelta como balas en cada conferencia hacia los hombres de prensa, como si ellos fueran los rivales a vencer. Reacio para contestar, como si conversar de fútbol con el periodismo fuera un martirio. Así siempre se mostró Bengoechea. Su postura no se entiende del todo.


En 20 partidos (incluyendo amistosos), Alianza solo ganó 8 veces, tuvo un paso fugaz por la Copa Sudamericana y seguimos sin entender a qué quiere jugar su equipo. Una vez le dije a un amigo, quien me comentó lo mal que fue tratado por el ‘profesor’ en una entrevista a inicios de año, que no es bueno hablar, que es mejor trabajar en silencio. Caer en contradicciones es un viaje sin retorno al camino de la credibilidad.

“Para el Apertura, Alianza Lima ya tendrá un equipo titular", dijo Pablo Bengoechea en pleno desarrollo del Torneo de Verano. Falso, y mil veces falso. Alianza sigue ‘rotando’ en plena fecha tres del Apertura y con poco criterio en algunos casos. En la primera fecha ante Garcilaso jugaron: Butrón, De la Haza, Aguiar, Hohberg, pero en la siguiente fecha, los dos últimos fueron al banco. En esa misma jornada alineó a Quevedo y Godoy, quienes no fueron titulares una fecha antes. Ante Melgar en Cusco no incluyó a Butrón, quizá el mejor jugador de Alianza en la temporada.

Además, ante el cuadro de Reynoso, solo hizo jugar 20 minutos a Kevin Quevedo , quien tras marcar los 4 goles ante el Juan Aurich el 12 de marzo, solo jugó dos partidos completos más, de ahí siempre recogió migajas respecto a minutos para mostrarse. “Queremos que estos chicos sean jugadores por 15 años, no por tres meses”, afirmó Bengoechea con rotunda seguridad cuando le preguntaron por el poco rodaje que le otorga a Quevedo. Pero si no lo hace jugar al muchacho de 20 años, seguramente la próxima temporada se irá a préstamo a algún club de provincia, y ya sabemos cómo terminara esto. Otro jugador con talento que por falta de oportunidades en su club natural, se perderá en la trituradora de futbolistas con proyección en la cual se ha convertido el fútbol peruano. Inentendible.

“La culpa es toda mía, soy el responsable de las derrotas”, mencionó el ‘charrúa’ en pleno desarrollo del Descentralizado. Vamos Pablo que no es necesario defender lo indefendible, pues hay jugadores que todavía no justifican su llegada a La Victoria. Toda la culpa no es tuya, eso sí hay que reconocerlo. Cossío, Duclós, De la Haza, Gonzáles Vigil, Pacheco y Hohberg siguen mostrando un nivel bajísimo. La camiseta blanquiazul les queda grande, así de claras son las cosas.

"Vamos con la expectativa de seguir creciendo", dijo Pablo en la previa ante Melgar por la tercera fecha. Estamos en el mes de junio, es decir casi casi a mitad de temporada, pero Alianza sigue jugando a nada. No hay estilo, no hay si quiera intento de tenerlo. No hay una sola sociedad futbolista para aplaudir, ni pasaje de buen fútbol que haya quedado en la retina hasta este entonces. No puedes pretender seguir creciendo luego de 6 meses de trabajo y estando en Alianza menos, uno de los equipos más grandes del Perú.

“Alianza debe volver a sus raíces”, dijo en su presentación como flamante técnico de Alianza, pero hace una semana afirmó que no le interesa jugar lindo. ¿Resultadista o romántico? ¿Quién lo entiende? Los hinchas de Alianza no, menos yo.

Al hincha de Alianza no se le puede mentir. Desde el año 1901 sabe cuándo su equipo hace las cosas bien y cuando no. Tampoco se le puede hacer esperar mucho. Son más de 10 años sin campeonar y el buzo blanquiazul pesa, pero Bengoechea sabía a lo que se metía cuando decidió ponerle su firma al contrato. Ahora, a falta de unos meses para terminarse todo, hoy más que nunca, las respuestas inteligentes por parte del uruguayo no deben salir de un micrófono, sino de adentro de la cancha.

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