Dimas Zegarra, leyenda del fútbol peruano, clama por ayuda
Dimas Zegarra, leyenda del fútbol peruano, clama por ayuda
Mario Fernández

Hoy, que el hincha vive la resaca del triunfo ante Uruguay, todos veneran a los futbolistas peruanos. Pero en este deporte el paso del tiempo puede depararles un amargo destino a los ídolos. Si no, que lo diga Dimas Zegarra. El larguirucho arquero que ingresó a la historia de Universitario de Deportes por ser el primer jugador afroperuano que llegaba al club, clama por una jubilación (“por la Pensión 65”) para vivir decorosamente los últimos años de su vida.

¿Qué ha pasado con el Dimas de los años jóvenes, con el ídolo de Universitario?

La vida. En mis años mozos compraba y vendía autos, tenía mi agencia de publicidad de donde llevaba avisos clasificados a El Comercio y a La Prensa.

El fútbol te debe de haber dado buenos ingresos...

Claro. No se ganaba lo que hoy se paga, pero para la época algo significaba. Aparte de la fama que ganabas cuando salías en los periódicos y el reconocimiento de la hinchada.

¿Y en qué se te fue todo lo que ganaste?

A lo mejor por ir casi diariamente a un casino del Centro de Lima, cuyo nombre no recuerdo, se haya ido parte de ese dinero. Y eso que algunas veces ganaba.

Seguro no faltaron las mujeres...

Es posible. El nombre que uno tenía acercaba mucho a las féminas, de ahí que me preocupara mucho en vestirme siempre elegante. De pies a cabeza. Tuve una vida espectacular de la que no me arrepiento, porque gocé y disfruté.

No fue sencilla tu llegada a Universitario...

Claro. Fue chocante, porque yo era el único jugador de color y la ‘U’ estaba integrada por blanquitos. Me vieron como algo raro [sonríe] y hasta noté cierta resistencia.

¿Y qué pasó?

Galindo, que era el mandamás en el fútbol peruano y de la ‘U’, presionó y no hubo problema. Todo se arregló para bien mío y del equipo en general. Había dado un enorme salto y con don Plácido no hubo problema a la hora de firmar mi contrato.

¿Recuerdas alguna anécdota de la época?

Se jugaba un clásico entre la ‘U’ y Alianza y ante un córner a favor de ellos, no me di cuenta de que José Fernández iba a rechazar de cabeza y al saltar me lo llevé por delante. Imagínate, yo con mis más de 100 kilos de peso y la velocidad con que salí, al pobre José casi lo mato. Nunca antes en mi vida un compañero de equipo me insultó tanto.

Lea la entrevista completa este sábado en Somos.

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