Elecciones FPF: "Es lo que hay", por Carlos Univazo
Elecciones FPF: "Es lo que hay", por Carlos Univazo
Redacción EC

CARLOS UNIVAZO  Hoy tendremos nuevo presidente. Aquello que de lejos parece un milagro y de cerca lo es, me obliga como a muchos a ser concesivo con un escenario no ideal pero que pudo ser peor. ¿Qué hay improvisación? Obvio, si nadie pensaba postular hace un mes. Burga parecía vitalicio, invulnerable, su gestión vio pasar tres Papas y si el gobierno no le metía presión llegaba hasta el Papa negro de Nostradamus y ni con eso se iba. Sus ‘hinchas’ juraban que teníamos que resignarnos nomás, que se iría solo cuando él quisiera, qué risa. ¿Que no hay proyecto? Bueno no, pero si aquí presentas uno, lo más probable es que pierdas, y en el fútbol peor, porque los electores te miran espantados: “Este no es de los nuestros”, dicen. Para ganar, ofertar acá siempre es mejor que proponer. ¿Qué en el directorio estarán los ‘amiguis’ de Manuel? Ya, pero es lo que hay, ¿o nos hacemos los sorprendidos? En nuestras precarias canteras dirigenciales no abundan cracks, ningún genio se está quedando afuera. Abundan más bien cabeceadores y rechazadores. Pero bregamos tanto para llegar a esto que ahora no podemos ni ponernos exquisitos.

Renovar cuadros con gente eficiente en vez de ganapanes tomará años. Al nuevo presidente no le exijamos entonces plan de gobierno, sino buena fe: que recomponga la asamblea de bases, que aplique normatividades severas, que ponga valla alta para que en Primera y Segunda solo haya clubes estructurados, no equipos pediculosos. Que ejerza el cargo para gobernar y no para simpatizar, vieja e inmoral argucia de quienes negociando votos con favores solo apuntan a quedarse hasta el día del Juicio Final por la noche, no importa si su gestión da pena o no.

Finalmente, ¿que hubo guerra sucia? Seguro. Las guerras limpias no las conozco, ¿usted sí?, y en el fútbol peruano menos. Esta es pelea de gitanos, de jugadores de póker avezados, si quieren. Los que votan te engañan, te guiñan el ojo, te juran por su mamá que están contigo, juegan con cartas marcadas, aceptan todo, menos el ‘pago por ver’. Ahora, que en una elección muy ‘provinciana’ gane un candidato técnicamente ‘limeño’ es bien bravo. Los regionalismos cuentan y son hepáticos.

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