Minutos antes había marcado un golazo olímpico, pero Carlos Lobatón no tiene límites. No le bastó con ese tanto de gran categoría. A un minuto del final del primer tiempo, remató ¡desde su propio campo! y marcó el cuarto para los rimenses.
Fue el 4-2 para Cristal ante un Juan Aurich que estaba ganando 2-1 en Chiclayo. Y qué gol. No hay palabras para explicarlo. Solo merece ser visto una y otra vez. Por algo dijo Daniel Ahmed alguna vez que era “el Verón peruano”.
Lobatón le pegó con una gran técnica. Hay que mencionar, además, que tenía el fuerte viento de Chiclayo a su favor. Igual, todo el mérito es del volante por rematar de esta excepcional manera.