Juan Seminario, el peruano que le anotó al Brasil de Pelé
Juan Seminario, el peruano que le anotó al Brasil de Pelé
Redacción EC

JULIO TALLEDO VILELA

Su primer club fue el Alejandro Villanueva. Un equipo formado por amigos para competir en la liga de Piura. Ahí dio sus primeros pasos Juan Seminario. “En esa época, yo estudiaba en el colegio Salesiano. Recuerdo que un domingo no fui a misa y me fui al estadio a ver jugar a mi equipo. Allí me dijeron que me cambiara para que jugara, porque había faltado un jugador. Me dieron un uniforme y tuve que jugar con zapatos de vestir. Aún era un niño, pero respondí en la cancha"

¿A qué edad se marcha a Lima?
Me fui a los 15 años, cuando estudiaba en el colegio San Miguel. A esa edad conocí en Breña a quien luego sería mi esposa y la madre de mis cuatro hijos.

Su debut profesional fue en un partido internacional…
Después de jugar en el campeonato juvenil en Caracas con la selección peruana, me reintegré a Municipal y dio la casualidad de que en un partido del campeonato profesional hubo una pelea y castigaron a seis jugadores. Me preguntaron si me sentía en condiciones de jugar en el fútbol profesional y les dije que sí. Aún no cumplía 18 años cuando debuté en un partido amistoso, jugado en el Estadio Nacional, ante el Medellín de Colombia.

¿Cree que tardó en emigrar?
No. El Sporting de Lisboa me fichó cuando tenía 23 años. En ese equipo solo jugué dos años y fui ídolo. Luego me contrató el Zaragoza con el que anoté 25 goles y me dieron el trofeo Pichichi. Fue allí cuando el F.C. Barcelona se interesó en mí, pero surgió una pugna entre ambos y la transferencia se frustró. Después emigré a Fiorentina y, finalmente, en 1964 pude jugar en el Barza.

¿Fue complicado adaptarse al fútbol europeo?
Me adapté de inmediato porque yo siempre quería ser el mejor. En aquellos años en un equipo europeo solo podían jugar dos extranjeros y esos tenían que dar la talla. Si no eras estrella, te cambiaban. A mí nunca me sucedió eso.

Con la selección le anotó dos goles al Brasil de Pelé…
Eso fue en 1959, en la Copa América de Argentina. Brasil venía de ganar el Mundial y tenía un equipazo, pero nosotros teníamos a Miguel Loayza, Juan Joya y Alberto ‘Toto’ Terry. Siempre recordaré ese partido tanto como el amistoso de ese año en que le hice tres goles a Inglaterra de Bobby Charlton. Solo el holandés Van Basten y yo le hemos anotado tres goles a la selección inglesa.

Brasil había dejado a Perú fuera del Mundial Suecia 58…
En 1957 empatamos en Lima 1-1 y, en la revancha, Brasil nos ganó con un gol de tiro libre de Didí, cuando faltaban 15 minutos para el final.

En la década siguiente no jugó en la selección…
A pesar de que en ese momento yo era goleador en España, no me convocaron. Para las Eliminatorias de Inglaterra 66 tampoco lo hicieron, y por eso decidí renunciar.

Pudo haber jugado el Mundial México 70…
En ese entonces ya había retornado al Perú, estaba jugando muy bien y seguía anotando. Pero estaba herido, recordé aquel momento y decidí que no jugaría más. Fue una rebeldía que ahora me pesa. Haber renunciado a la selección fue un error terrible. Pude haber jugado el Mundial de México con esa gran generación de Cubillas, Sotil y Chumpitaz.

¿A usted le gusta el fútbol tanto como el tenis?
Ahora me gusta más el tenis que el fútbol. Juego tenis muy seguido. Ahora que estoy en Piura lo hago en el Club Grau, donde me reciben con mucho cariño.

Usted tiene amistad con Rafael Nadal y su familia…
Rafael Nadal fue mi vecino en Manacor, Mallorca, donde yo compré una propiedad. Conozco a toda su familia; a él lo he visto desde que tenía 11 años. He seguido su carrera de cerca: lo he visto entrenar en el club con su tío y puedo dar fe de que todo lo que ha logrado es fruto de un intenso entrenamiento.

¿Han jugado juntos?
En un par de oportunidades hemos boleado. Es un chico extraordinario. Cuando era niño, le decía que tenía que ser humilde, que cuando le pidan una fotografía o una firma, nunca dijera que no. Ahora nos vemos poco, porque está viviendo en Porto Cristo, a 10 km de Manacor. En ocasiones conversamos.

¿Tenía condiciones para el fútbol?
Pudo haber sido un gran volante; reparte muy bien el balón.

Antes que a Rafa usted conoció a su tío Miguel…
De allí viene la amistad. A Miguel Ángel Nadal le enseñé a jugar al fútbol. Lo hice debutar en Primera División y después fue al F.C. Barcelona, donde es considerado una estrella.

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