Pedro Gallese: el 23 de Alianza Lima que es el número 1 | Copa Libertadores
Pedro Gallese: el 23 de Alianza Lima que es el número 1 | Copa Libertadores
Miguel Villegas

El fútbol peruano no es una fábrica de cracks. Por eso es tan doloroso cuando un jugador con potencial se ciega con la primera tapa. Tan costoso para una selección que busca oro entre escombros. Son las dos orillas: hay muchachos mediáticos desde el primer flash y hay otros, acaso menos perseguidos, que crecen en el silencio. Sin prensa. De estos últimos, el nuevo producto de selección es arquero, jugó un Mundial y se llama

No es un chiquillo pero sí fue un jotita, es decir, un arquero que con 15 años clasificó al Mundial Sub 17 de Corea y, pese a su condición de tercer arquero detrás de Hermoza y Ulloa, fue llevado a la Copa “para fortalecer su crecimiento”. Así lo veía Jota Jota Oré, que lo conocía del desparecido club Real y había detectado en él una virtud cara: su inteligente perfil bajo.

A su vuelta, y cuando otros muchachos dejaban que los graben tomando desayuno, aceptó la recomendación menos popular: fichar por la Universidad San Martín, el club sin hinchas radicales y el que, sin duda, ofrece el mejor sistema para formar jugadores. Hizo todas las categorías que le faltaban ahí. Y aunque casi no atajó, salvo en su último año en el equipo santo, tuvo dos buenos maestros: el Chino Rivera en el banco y Leao Butrón en los entrenamientos.

En Videna se refieren a él como "nuestro arquero", en un marcado mensaje que lo blinda. Y lo dicen Cáceda, Carvallo y Penny, los tres porteros con los que compite en el puesto. Dos años después de su primer llamado (agosto 2014), Gallese mejoró la reacción, la potencia de piernas, creció en arrojo y según cuenta gente cercana al comando técnico de Perú, entrena como debutante. Tres después, clasificó a un Mundial. De la Eliminatoria se puede hacer una antología de atajadas que, no siendo goles, también ganan partidos.

Como anoche, para sostener el ánimo en cancha y en tribuna y evitar descalabros mayores ante un equipo que no es cualquier equipo sino el Campeón de América, River. Se puede polemizar sobre si ordenó bien o mal la barrera, sobre si con cuatro brazos llegaba al disparo de Ferreira, sobre si fue necesario dejar correr los segundos mientras alteraba a Enzo Pérez. Sobre lo que no existe duda alguna -me parece- es sobre su notable influencia en un equipo que en los dos años pasados tuvo como su mejor futbolista, precisamente, a alguien que lo ve hoy desde el banco de suplentes. Digamos: sentaron a un Beatle para poner a un Rolling Stone.

Pedro Gallese usa la camiseta número 23 de Alianza. Pero es el número 1.

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