José Antonio Bragayrac

Tres meses después de que Juan Carlos Oblitas sea expectorado de la Federación Peruana de Fútbol, el cargo de director general sigue disponible en San Luis. Ofreciéndose, por supuesto, a un reducido número de candidatos potenciales con un perfil muy restrictivo: reconocida trayectoria, nacionalidad ligada al éxito, un apellido apetecible para el área comercial y lo más importante; una disposición absoluta para obviar con efusiva naturalidad todos los dilemas extradeportivos que enlodan el presente de una FPF liderada por Agustín Lozano y que se reflejan bastante bien en el último lugar ostenta la selección peruana en las Eliminatorias.