En enero del 2002 cuando Paulo Autuori llegó por primera vez a La Florida, Diego Enríquez era un recién nacido en su natal Abancay. La vida hoy los une con los colores celestes del Sporting Cristal. Uno es un viejo zorro del fútbol que si quiere hace un bailecito en su presentación, se pasea por las canchas del club y sube al avión a un juvenil que ni Moreira ni Farré le hicieron caso. El otro es el portero Sub 23 estrella del fútbol peruano. El que le pide “huevos” y actitud a sus compañeros. El que guapea, vuela y pone las manos firmes donde otros meten las patas.
Autuori y Enríquez, protagonistas de que en la Nueva Olla, Cerro Porteño se haya quedado con hambre de triunfo en la Copa Libertadores 2025. Autores intelectuales y materiales de un suceso que ya puede ser tema de tesis en alguna universidad del país: los clubes peruanos acababaron invictos en la semana de torneos Conmebol. Ganaron Alianza, Universitario y Melgar, empataron Grau, Cienciano y Cristal. Para mayores señales, en Matute, el Monumental y Asunción se gritaron goles agónicos después de los 90′.
La mano de Autuori
El técnico brasileño era recién presentado en La Florida, y en los sets de televisión nacional Carlos Álvarez y Jorge Benavides desempolvaban un viejo sketch de El Especial del Humor. Esa es la real magnitud del movimiento mediático que representa que Autuori haya regresado a dirigir al Perú.
Ahora, en la zona técnica, al borde de la cancha y frente a sus dirigidos, Paulo sigue siendo el mismo entrenador efusivo que eran hace más de 20 años atrás. Dirige con una energía contagiosa y confía en su estrategia de principio a fin.
Por eso, la línea de 4 defensores volvió al equipo celeste. No más inventos con ‘Stoppers’ forzados. Le devolvió la confianza a Lutiger y el zaguero respondió con un partido calificado con 7.4 puntos por la página de estadísticas Sofascore. Además, fue el héroe de la noche con su gol a los 90′2.
Con Cazonatti fuera todo el año, y sin Prettel por suspensión, Autuori ubicó a Távara en el medio para recibir y distribuir, para cortar y crear, y también le funcionó la apuesta. Sofascore le dio 7.7 puntos por una participación que tuvo dos despejes, dos tiros bloqueados, tres intercepciones, un despeje en la línea de gol y tres pases claves que casi terminan en gol.
Sin embargo, la gran apuesta de Paulo Autuori llegó cuando faltaba menos de 10 minutos y Cerro Porteño ya le había remontado 2-1 a Cristal en dos minutos (42′ y 44′) luego que Santi González abriera el marcador a los 37. Desde el banco salió el juvenil Henry Caparó en lugar de Cauteruccio. Es volante, tiene 20 años y con Moreira y Farré -LO REPITO- no sumó minutos. Solo entrenó con el primer equipo, le contaron anoche a El Comercio.
El cambio se hizo para que Cristal recupere la posesión del balón. También ingresó Ávila por Pasquini, por lo que Lutiger pasó a ser lateral izquierdo. A Caparó no le pesó la camiseta, ni el debut absoluto con Cristal. En cambio, le dio orden al medio celeste: 11 toques, 8 pases precisos. Un centro completado que se convirtió en asistencia para el 2-2 final de Lutiger. En sus 10 minutos en el campo, Sofascore lo calificó con 7.4 puntos.
La noche de Enríquez
Si en La Paz fue el hombre que evitó una goleada mayor (Cristal perdió 3-0); en Asunción, Diego Enríquez tuvo su noche consagratoria. Por arriba, por abajo, a mano cambiada y a quemarropa. Siempre respondió. Sofascore le contabilizó 7 atajadas a su actuación heroica.
Además, es un arquero que sabe jugar con los pies. Dio 34 toques al balón, y los que se convirtieron en pases terminaron siendo 19 aciertos de 21 intentos (90%). Completo, también, 5 de 7 pases largos. Ya estuvo sentado en el banco peruano en las Eliminatorias este año. Su crecimiento es notorio y asegura un futuro para cuando Pedro Gallese ceda la posta en el arco de Perú.
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