José Antonio Bragayrac

Con la presión atmosférica haciendo arder los pulmones y el tedio de la altura dificultando la exactitud de cualquier esfuerzo físico a los 2654 m.s.n.m y pasados los noventa minutos de partido, Sebastián Britos mutó de héroe a villano en el último suspiro de un partido en el que la ‘U’ perdió el aliento. O lo que es lo mismo: dos puntos.