Universitario: ¿Qué jugador es realmente Alexi Gómez?
Miguel Villegas

Ya desde el alias da miedo: "Hiena". Y ya desde sus formas, cuando era un Sub 20, uno podía decir que necesitaba otro tipo de trato, más de consejero que de técnico, más de papá que de DT. Porque talento tenía. Le salía natural. La historia dice que cuando Daniel Ahmed lo vio, titular en el León de Huánuco 2012, detectó de inmediato dos características que no se veían en el Perú desde el Loco Vargas: patada y potencia. Y esa agresividad natural de los que juegan en la pista, sin árbitro ni reglas. Puso su nombre en esa pizarra que algunos periodistas tuvimos la suerte de ver en Videna ese 2013 y en el Sudamericano de la categoría, con Yordy, Polo, Oreja y Benavente, Alexi Gómez fue la grata sorpresa, el zurdo que no teníamos y que, por fin, había que mejorar.

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Lo que ha venido después es la constante de los jóvenes cracks: la fama es una neblina, el dinero los empobrece y la carrera se vuelve breve. ¿Qué viene después de salir campeón con un equipo como Universitario y toda esa exposición? Una venta, sin duda. El gran contrato. Lejos del mejor entorno y después de un par de episodios de indisciplina que de tan públicos ya ni siquiera se deben comentar –el castigo antes del 4-0 de Cristal y la discusión con Comizzo en el hotel de concentración–, Gómez no tenía espacio en la ‘U’ y se fue al impronunciable Brommapojkarna de Suecia, donde pasó todo el 2015 y jugó poco más de 300 minutos. No era una liga para lucirse y no lució. Era, más bien, un espejo para ver dónde estaba él y dónde Flores (España) o Benavente (Inglaterra), sus ex compañeros. Quién estaba haciendo las cosas bien y quién, muy mal.

Se puede tener dinero pero con eso no se compra prestigio.

Con contrato firmado en la ‘U’ hasta finales del 2017 –uno de los más caros del plantel–, Gómez volvió a Sudamérica a empezar de cero. Eligió Chile, un medio cercano pero sobre todo, de permanente vitrina en el Continente tras la era Bielsa: todo lo que pasa en Chile contagia. Y aunque quiso volver, ni Ibáñez ni Chemo ni Luis Fernando Suárez le pidieron que vuelva.

Y en esa negativa, le dieron una lección.

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El Gómez que ha vuelto a la ‘U’ es una consecuencia de esos golpes. Necesitó 15 partidos del año pasado para ganarse el puesto y 5 goles para aceptar que es mejor el Alexi perfil bajo que la Hiena que se presta para la peluquería. Necesitó el destierro de cuatro años para valorar el significado de una buena pretemporada –no hacía una completa desde el 2013- y el afecto de un grupo –este- en el que no es ni por asomo el primer futbolista que buscan los reporteros. Lo pueden seguir llamando Hiena y puede equivocarse de nuevo. Pero es una buena noticia verlo jugar al fútbol. Y basta que reconozca la enorme responsabilidad de ser el único explosivo en un equipo de lentos. Como anoche. Una buena noticia que haya vuelto a ser un amateur. Una buena noticia verlo declarando como figura de un partido de Copa en Fox Sports y ya no caserito en Amor Amor Amor.

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