Ovación, pifias, decepción y delirio: los entretelones de las agitadas 35 horas de Messi en su última vez en Lima

Tras la pista del ‘10′

Desde su arribo al aeropuerto Jorge Chávez y la subida al bus, Lionel Messi fue el centro de todas las cámaras tanto de los medios de comunicación como de los aficionados en las calles. Si bien el Inter de Miami cuenta con otras figuras como Luis Suárez, Sergio Busquets, Jordi Alba o el mismo Javier Mascherano, es indudable que lo que representa Messi -para muchos, el mejor del mundo- no le es indiferente a las multitudes y así quedó demostrado en el gran recibimiento que tuvo en las afueras del Swissotel.

Messi llegó al hotel de concentración alrededor de las 8:15 pm del martes y, antes de ingresar, decidió abrir las cortinas de su ventana y saludar a toda la gente que coreaba su nombre y que vestía su camiseta. Una vez dentro del hotel, subió a su habitación y, tiempo después de que tanto él como el resto del plantel tuvieran un rato de descanso tras el viaje, se dispuso a cenar y dormir para el día de partido.

Yassine Cheuko, su guardaespaldas personal, lo siguió en todo momento. Desde el avión, el bus y luego haciéndole sombra en los pasillos del hotel. Incluso en la cena ligera en Lima, el musculoso ex Marine tuvo al campeón del mundo en la mira.

Por la mañana, alrededor de las 9:00 am, estuvo programado el desayuno del plantel de Inter de Miami y alrededor de las 11:00 am iba a ser el encuentro de aquellas personas que compraron el paquete Hospitality para poder tener un pequeño compartir con algunos jugadores de Inter de Miami. Según había adelantado el encargado del evento en una entrevista con RPP días atrás, en este encuentro iba a estar Lionel Messi. Sin embargo, el argentino no apareció.

Finalmente, luego de que los compradores de Hospitality ingresaran al hotel, pasó un largo rato hasta que aparecieron Sergio Busquets y Luis Suárez, los dos jugadores con quienes compartirían algunas fotos y que firmarían las camisetas que llevarían.

Sin embargo, Lionel Messi, el más esperado, nunca salió de su habitación. En principio, algunos compradores indicaron que esto se debía a que el astro argentino se sentía indispuesto; sin embargo, desde El Comercio no hemos podido confirmar dicha justificación.

En realidad, todo apunta a que se trató de una mala coordinación previa en la que, si bien la empresa productora tenía previsto que Lionel Messi esté presente, finalmente y sobre la hora, no se llegó a un acuerdo con el jugador para que sea parte de dicho evento. Según pudimos conocer, incluso en algunos Meet & Greet que se realizan en Miami, la ‘Pulga’ no suele ser parte, ya que maneja otro tipo de negociaciones en tanto a imagen y, posiblemente, esta vez no fue la excepción.

Sin embargo, luego de que el encuentro de Hospitality culminara, Lionel Messi sí salió de su habitación pero para reencontrarse con un par de amigos: La T y la M. Como se sabe, esta banda argentina es muy del gusto del jugador argentino, fue un pedido especial para que canten en el entretiempo del duelo ante Universitario, e incluso han visitado la casa del futbolista en Rosario en una fiesta privada.

Alrededor de la 1:30 pm, previo al almuerzo, Messi salió de su habitación para recibir a los dos integrantes de la banda, charlaron en uno de los espacios privados y se tomaron algunas fotos que fueron subidas en redes sociales. Cabe recordar que todos se encontraban hospedados en el mismo hotel.

Luego del almuerzo, Messi se dispuso a recibir una charla técnica junto a sus compañeros por parte de Javier Mascherano sobre cómo se plantarían ante Universitario de Deportes, cuál sería la estrategia y los posibles cambios que habrían durante el encuentro. Después, tras subir a sus habitaciones a descansar, Messi se reunió con sus compañeros para subir al bus que los llevarían rumbo al estadio Monumental. Finalmente, partieron a las 5:40 pm con destino a Ate, con una multitud esperándolo en la puerta y con mucha seguridad en el recorrido.

Y luego se repitió la novela. El bus sin poder salir frente a un mar de aficionados que buscaban el saludo del argentino. Delirio, llanto y gritos de locura por Messi, que con mucho esfuerzo el cordón policial pudo resolver. Así hasta el estadio Monumental, donde las caravanas, las bocinas y los cánticos no se hicieron esperar.

Los camerinos, la foto postal y el saludo a las tribunas para equiparar las pifias de la tribuna cuando salió el plantel del Inter Miami a realizar los trabajos de calentamiento. Luego un cruce breve de palabras con Aldo Corzo, capitán de Universitario, la pose con los árbitros y el final de la diplomacia para meterse en el partido.