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“Si Oblitas se irá a la tumba con la chapa de ‘Cholo Terco’, Fossati podría ser ‘Nonno Terco’”: Ortiz Bisso y una radiografía de la filosofía que encamina a la ‘U’ a un nuevo título
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A finales del 2023, cuando se supo del interés de la federación para que Jorge Fossati sea el reemplazante de Juan Reynoso, un terremoto de grado 9 sacudió las emociones del hincha de Universitario. El DT de cabellos de leche, nariz prominente y voz pausada, que luego de que Calcaterra le pegara al arco miró al cielo para agradecer a Dios y que se había transformado en un hit tiktokero bailando desacompasadamente con Orejas Flores, quería abandonar el club. Sí, el mismo hombre que en tres días había convencido a una legión de treintañeros desconcertados que la fórmula del éxito era la presión alta y el 3-5-2. Sí, el señor con pinta de director de escuela primaria que hablaba de entrega y sacrificio por Universitario, quería plantarlos en vísperas del año del centenario. La traición empezaba a llevar su nombre.
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No todos pensaban igual. En la interna del plantel, y sobre todo en la dirigencia, hubo cierta sensación de alivio. Como en toda familia, las relaciones se habían hecho tirantes, espesas. Las costumbres nocturnas del uruguayo, su afán por entrenar siempre en la tarde e incidentes como el protagonizado por Sebastián Avellino en Brasil, enturbiaron el ambiente. Ir a la selección representaba un poco de aire fresco para todas las partes. “Ahí va tu paquetito”, le dijeron a Juan Carlos Oblitas y el Nonno se marchó, muchos pensaban que para no volver.
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Y volvió. Entre dudas porque la sangre de la traición seguía fresca y el hincha, aunque volátil, no perdona. Sin embargo, la salida intempestiva de Bustos y la búsqueda de una respuesta rápida lo convirtieron en candidato prioritario. No fue fácil el retorno. Tuvo que lidiar con la ansiedad de una tribuna que nunca espera y la herencia dejada por dos interinos que se ganaron el mote de inolvidables: Manuel Barreto y Piero Alva. Los triunfos sobre Barcelona y Binacional hicieron crecer las dudas sobre la necesidad de una segunda etapa. Y tres derrotas consecutivas que dolieron como puñaladas avivaron la presión.
Si el Ciego Oblitas se irá a la tumba con la chapa de Cholo Terco, Fossati podría llevarse a la suya la de Nonno terco. El hincha cree que la presión en las redes, que sus gritos en la tribuna, han funcionado. Que son ellos las razones de este resurgir crema en el Apertura. Pero nadie con dos de frente imagina al uruguayo sufriendo por una fotito de Instagram o un inflamado hilo de Twitter. A los 72 años es más fácil cambiar de religión que de credo futbolístico. Y el Nonno no transa. Su librito tiene pocas páginas, pero es su manera de ver el fútbol: 3-5-2, presión alta, hacer un infierno por las bandas y jugar con la defensa adelantada. Con Pérez Guedes afinado, volvió la U del 2023. A Inga parece verlo más de carrilero. Y a Corzo, créanme, no lo saca ni muerto. Así ha conseguido que la crema vuelva a ponerse el traje de candidato y solo dependa de sí misma para alcanzar el ‘tetra’ de campeonatos cortos. ¿Lo ganará? Esto es fútbol y nada está decidido. Pero la vuelta del bicampeón al ruedo tiene solo un motivo: se llama el factor Fossati.
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