“En Brasil hay millones de niños con sueños. Pero yo tuve suerte”. Gabriel Jesus siempre fantaseó con ser el ‘9’ de la selección brasileña. De pequeño, cuando jugaba en los tierrales de Peri Jardim, un vecindario al norte de Sao Paulo, y anotaba un gol celebraba como Bebeto, Romario, Ronaldo. Él quería ser como ellos. Al día de hoy, con 22 años, no puede decir que está a la par de esos cracks, pero es la esperanza de un pueblo que anhela levantar la Copa América después de doce años. La última vez que la ganó fue en el 2007.
De pintar las calles de color verde y amarillo previo al Mundial Brasil 2014, Gabriel pasó a colorear la ilusión de millones. El delantero llevó de la mano a su selección a la final de la Copa América el último martes en la victoria 2-0 sobre Argentina. Sin la figura del equipo (Neymar), el rol de protagonista cayó sobre los hombros de Coutinho, pero el hombre del Barcelona estuvo desaparecido ante la Albiceleste. El que sí apareció fue el ‘9’ del Manchester City. Primero con un gol (no anotaba de manera oficial desde octubre del 2017 cuando le marcó un doblete a Chile) y luego con una asistencia.
Nueve partidos habían pasado desde la última celebración oficial de Gabriel Jesus (cinco del Mundial y cuatro de esta Copa América). Nueve encuentros en los que fue duramente criticado. “No tenemos delantero”, dijeron los mismos que ahora lo alaban al punto de idolatrarlo.
Ante Argentina, el atacante marcó su primer tanto en la Copa. Y fue el más importante. El dato que no anota en un partido oficial con Brasil desde hace más de 600 días hace sorprendente la siguiente estadística: Jesus es el goleador de la era de Tite.
El entrenador brasileño llegó a la selección en el 2016, luego de la eliminación de la Copa América de ese año. Desde ese entonces empezó a edificar un Brasil prácticamente indestructible con números que son impresionantes: 41 partidos, 33 victorias, 6 empates y 2 derrotas. Además, anotó 87 goles y recibió solo diez. Es cierto, el Scratch de Tite no brilla, pero es efectivo. Y Gabriel Jesus es el reflejo de este equipo: no es Ronaldo, pero ya lleva 17 anotaciones con el actual técnico. Y en Brasil es la esperanza para terminar la sequía de títulos.
