Lionel Messi lleva 12 goles en esta Champions League en la que es el máximo goleador. (Foto: AP)
Lionel Messi lleva 12 goles en esta Champions League en la que es el máximo goleador. (Foto: AP)
Jorge Barraza

“Lo de Messi no es fútbol, es un escándalo”, tuitea el escritor peruano Jerónimo Pimentel, muy futbolero. "Messi desafía las leyes de la naturaleza", publicó el madrileño El Mundo. “El Papa del fútbol”, proclamó As, también de Madrid. “Diabólico”, en letras tipo “se hundió el Titanic”, fue el titular de L’Equipe de París; a la vez el Daily Telegraph puso un auténtico cartel a toda página con “Maestro Messi” (maestro en español), en tanto su jefe de Deportes, Paul Hayward ampliaba: “Van Dijk y sus aprendices, deshechos por el maestro Lionel Messi en la dura escuela del Camp Nou”. Inglaterra, junto con Brasil, es el país donde seguramente el 10 sea más admirado, o con mayor unanimidad. Sin contar, por supuesto, países como Bangladesh, donde se asegura que tiene 170 millones de fanáticos (el país entero) y donde un adolescente se suicidó al verlo llorar por televisión tras ser eliminado del Mundial.



El genial John Benjamin Toshack, multicampeón con el Liverpool en los ’70 y técnico del Real Madrid entre muchos otros, hizo una propuesta: "Así como en el golf hay handicap, en el fútbol debería existir el 'Handicap Messi'. El que juega contra el Barcelona tendría que recibir un gol de ventaja". Gary Lineker y Rio Ferdinand recibieron una dura reprimenda del Liverpool FC por virtualmente explotar tras el gol de tiro libre de Messi, recordándoles que ellos son ingleses.

"Soy feliz de que haya un ser humano así sobre un campo de juego, cuando era técnico de Croacia lo votaba siempre para el Balón de Oro, y si pudiera lo votaría todos los años”, se rinde Niko Kovac, DT del Bayern Munich. “Es un extraterrestre”, dice Quique Setién, DT del Betis. “Es plutoniano, como mínimo”, se entusiasmó Joaquín Caparrós, entrenador del Sevilla. “Es de otro planeta”, tituló el londinense The Guardian, como dándole la razón a Caparrós. “Es la parábola de Dios”, gritó el narrador Lluis Flaquer, en Carrusel Deportivo, de Barcelona. Y José Mourinho, quien lo padeció en su paso por el Real Madrid, fue más enfático que todos: “Es el dios del fútbol”, declaró para la TV en Russian Today. “Por supuesto que el Barça tiene un buen equipo, jugadores fenomenales, pero ese jugador es absolutamente increíble", agregó.

Casi no quedan ateos en esa religión llamada Messi. Que suma nuevos fieles semana a semana. En el núcleo duro del fútbol -técnicos, jugadores, exglorias y personalidades de este deporte- hay una convicción muy mayoritaria; es el mejor de la historia. “Está por encima de Di Stéfano y Pelé”, garantiza Josep María Fusté, figura de relieve del Barcelona y la Selección Española de los ‘60, quien enfrentó a ambos. El mismo Caparrós explica el por qué, parangonando con motores: “No podemos ir en contra del progreso. ¿Cuál es el mejor coche? En su momento era una marca y han ido de cinco velocidades a seis, siete, ocho… pues con los futbolistas igual. Ahora vienen ya con GPS incorporado los jugadores, y Messi lo tiene. Es otra historia”.

Barcelona vs. Liverpool: Messi marcó el 3-0 con un inverosímil golazo de tiro libre por Champions | VIDEO. (Video: FOX Sports / Foto: Captura de video)

Así como los protagonistas rivalizan con el calificativo más grandilocuente, Messi se ha tornado un dolor de cabeza para el periodismo. Hace años agotó el diccionario e intentar ser original con él es arriesgarse a incurrir en cursilería. Dos veces por semana obliga a exprimir el cerebro tratando de buscar la definición nueva, el elogio original, la frase pomposa e impactante o el comentario sorprendente. Es inútil, se ha agotado todo. Y en esa carencia de nuevos adjetivos cobra vigencia la antigua aunque ya célebre descripción de Santiago Segurola: “Maradona era Maradona a veces, Messi es Maradona todos los días”.

Ahí reside el punto en el que se convierte inalcanzable: cuando la genialidad se repite una y otra vez fecha tras fecha durante años y se hace cotidiana. La del miércoles no fue la mejor exhibición de Messi en su carrera, tuvo otras verdaderamente geniales, ocurre que confluyeron varios aspectos que eclosionaron en una ponderación colectiva: era, quizás, el máximo partido que el fútbol puede ofrecer hoy, Barcelona-Liverpool, por semifinales de Copa de Europa; lo vio el mundo porque además coincidió con el feriado del 1° de mayo; fue un espectáculo sensacional ante 98.299 espectadores; el equipo inglés realizó una altísima producción y Messi fue otra vez una figura gigante. Pero lo que impactó especialmente fue ese gol de tiro libre desde 29 metros a una velocidad de 93.21 km por hora ante un arquero que costó 73 millones de euros y es titular de la Selección Brasileña. Parecía imposible marcar desde tanta distancia a semejante arquero y con una barrera enorme delante. Fue un cañonazo al ángulo con precisión telescópica y una curva de belleza sublime. Millones de telespectadores saltaron en sus casas, propios y extraños, porque no imaginaban que podría ser gol dada la lejanía del disparo, que suele darle tiempo al golero de dar dos pasos, volar y sacarla. Voló Alisson, no llegó. Esa explosión universal sin distinción de banderías la produce el hecho infrecuente, sobrenatural.

(Foto: Agencias)
(Foto: Agencias)

Ese gol eclipsó todo el resto del espectáculo, a los otros protagonistas, minimizó la excelente actuación del Liverpool, incluso a su propia maravillosa actuación. Redujo todo a él y su misil.

Fue el gol 600 de Leo en Primera División con el Barcelona. Más los 65 en la Selección Argentina, más 2 en los Juegos Olímpicos, 6 en el Mundial Juvenil y 5 en el Sudamericano. Total: 678. A los 31 años. Las mismas 600 anotaciones de Cristiano Ronaldo, pero con 118 partidos menos. Y lo notable es que no es delantero neto ni el gol es lo más trascendente de su juego sino su talento, el armado, iniciación y cerebración de prácticamente todas las jugadas ofensivas azulgranas. Además, la voluntad para ayudar en la recuperación y robar balones a defensores descuidados (una de sus grandes virtudes colaterales no siempre destacadas), sus pases milimétricos, deliciosos, y la gambeta que es su don de nacimiento.

La cadena ESPN proporcionó días pasados un dato increíble, casi de fábula: sin jugar en la Premier League, Messi está tercero entre los que más goles le marcaron a los 6 grandes de Inglaterra (Manchester United, Liverpool, Arsenal, Chelsea, Manchester City, Tottenham). Les convirtió 26 goles. Y eso que los ve una vez cada tanto... Supera a Wayne Rooney, Robin Van Persie y tantos otros que actuaron más de una década en el fútbol inglés.

No obstante, ningún dato, por fantástico que fuera, iguala la belleza, la tensión y expectación que genera su juego. Cientos de millones esperan de él que algo extraordinario suceda. Y sucede.

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