La italiana Giovanna Epis recibe asistencia durante la maratón femenina. Como ella, otras 27 atletas debieron retirarse al no soportar el terrible calor de Doha. (Foto: EFE).
La italiana Giovanna Epis recibe asistencia durante la maratón femenina. Como ella, otras 27 atletas debieron retirarse al no soportar el terrible calor de Doha. (Foto: EFE).
/ ALI HAIDER
Eliezer Benedetti

Lo que mal empieza, mal acaba. En medio de las sospechas de corrupción que en el 2014 envolvieron la elección de Doha como sede del Mundial de Atletismo, los deportistas ya podían presagiar un riesgoso camino en la capital de Qatar. Un calor asfixiante, una humedad insoportable y el poco aliento desde las gradas son los ingredientes que componen este dramático e insólito mundial.

La competencia se ha convertido en una lucha por la supervivencia. Más allá de llegar primero o subir al podio, el primer objetivo de los atletas es soportar las extremas condiciones de Doha y resistir las pruebas que se les vienen encima.

Basta con ver algunas imágenes para darse cuenta de que el Mundial no está yendo nada bien. El abandono, desfallecimiento y extenuación expuestas por algunos deportistas es increíble. A ello se suma la pobre presencia en el Estadio Khalifa, tan desierto como el mismo paisaje catarí y que alimentó el desfavorable ambiente del certamen.

En la final de los 200 metros varones, se ve las tribunas casi vacías del estadio Khalifa. Esa ha sido una constante en el Mundial. (Foto: EFE).
En la final de los 200 metros varones, se ve las tribunas casi vacías del estadio Khalifa. Esa ha sido una constante en el Mundial. (Foto: EFE).
/ SRDJAN SUKI

He ahí el punto de las polémicas y las críticas. Para encontrarle una razón a la poca presencia en las gradas tenemos que tener en cuenta, primero, el bloqueo diplomático y económico que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto le impusieron a Qatar desde el 2017.

Ello implica el cierre de fronteras con los países mencionados. Además, con este bloqueo tiene prohibido el uso de sus espacios aéreos, lo cual dificulta su conexión con otros países.

Asimismo, la escasa cultura deportiva de un país tan ambicioso como Qatar también tiene repercusión en el vacío del Estadio Khalifa. Ni siquiera una final de 100 metros pudo maquillar las gradas. Teniendo una capacidad para albergar a 46.000 espectadores, solo se han logrado vender 50.000 entradas para los 10 días de competencia, según señaló el diario inglés “The Guardian”.

-Intentos por contrarrestar el calor-

Esta incómoda situación ya se podía presentir desde el inicio y poco se podía hacer al respecto. Sin embargo, para enfrentar el agotador clima de Doha, el Estadio Khalifa cuenta con un sistema de refrigeración que permite tener la temperatura bajo control.

El potente aire acondicionado en el estadio Khalifa es una de las grandes novedades que presenta el Mundial de Qatar. (Foto: AFP).
El potente aire acondicionado en el estadio Khalifa es una de las grandes novedades que presenta el Mundial de Qatar. (Foto: AFP).
/ KIRILL KUDRYAVTSEV

El aire acondicionado empleado hace que una temperatura de 40 grados descienda hasta los 23-25 grados dentro del estadio. Pese a sonar espectacular y reconfortante, este sistema está resultando insuficiente en las competencias.

En la prueba de los 5.000 metros planos, por ejemplo, los atletas Jonathan Busby de Aruba y Braima Dabó de Guinea Bissau protagonizaron uno de los hechos más saltantes del torneo. Si bien marcó un mensaje positivo por el ‘fair play’, también dejó una imagen que tan solo es un pequeño reflejo del extenuante itinerario de los deportistas que luchan por la gloria en Doha.

Braima Suncar Dabo ayuda a Jonathan Busby durante los 5000 metros varones. El clima complica a los atletas. (Foto: AFP).
Braima Suncar Dabo ayuda a Jonathan Busby durante los 5000 metros varones. El clima complica a los atletas. (Foto: AFP).
/ KIRILL KUDRYAVTSEV

Otra de las medidas que han optado en el Mundial para contrarrestar el calor es el de hacer un cambio radical en los horarios. El certamen se está llevando a cabo a altas horas de la noche, especialmente para las pruebas que se realizan fuera del estadio. No obstante, esta no resulta una solución del todo.

Mejor evidencia de ello que en la maratón femenina no hay. Solo 40 atletas de esta prueba lograron terminar la carrera; mientras que las otras 28 tuvieron que abandonar al no poder aguantar más las duras condiciones climáticas. Pese a que la noticia debió ser el oro de Ruth Chepngetich, más llamó la atención la lentitud de la maratón y el desfallecimiento de muchas.

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