Cristiano Ronaldo fue suplente e ingresó al minuto 73 ante Suiza, cuando Portugal ya ganaba 5-1. (Foto: AFP)
Cristiano Ronaldo fue suplente e ingresó al minuto 73 ante Suiza, cuando Portugal ya ganaba 5-1. (Foto: AFP)
/ PAUL ELLIS
Pedro Canelo

Que con CR7 en el banco ha encontrado muchas más puertas de acceso al gol. Quizá Fernando Santos se molestó por los gestos del atacante (sin equipo por ahora) en el partido con Corea del Sur, sin embargo, luego de ver el triplete de Goncalo Ramos ante Suiza (6-1) es evidente que la decisión de dejar en el banco a Cristiano fue más futbolística que disciplinaria.

Como el alemán Ralf Rangnick o el neerlandés Erik ten Hag, el experimentado Santos entendió que CR7 ha dejado de ser un titular indiscutible. La diferencia ha estado en las formas. . Cristiano, luego de la goleada al cuadro suizo, decidió irse solo a vestuarios. Pero antes le dio la mano a su técnico y amigo. Aquel al que respaldó abiertamente en un video que se viralizó después de ganar la Eurocopa 2016. Allí, el ‘Bicho’ le agradeció abiertamente por haber gestionado el título de selecciones que tanto quiso ganar. “Ni obtener títulos individuales, ni Champions, esto me ha hecho más feliz”, dijo el número ‘7′.

No está cien por ciento contento Cristiano, y alguno lo juzgarán por eso. Ese ego deportivo, que a veces puede boicotear lo colectivo, hoy es cuestionado, pero hay que entender que ese instinto competitivo ha sido su gran motor para reinventarse cada año e intentar ser el mejor de todos (lo logró muchas veces).

Su alma combativa, su adicción a ser el héroe del poster hoy está siendo vulnerada por las estadísticas: Cristiano en el Real Madrid tuvo un promedio de 50 goles por años en 9 temporadas, en la ‘Juve’ no bajó de los 30 tantos en 3 campañas. Con el United se acercó a sus promedios solo en la temporada 2021-2022 (24 goles). En esta campaña 2022-2023 solo ha festejado tres veces.

Así se moleste, así ofrezca entrevistas de un millón de visitas, hay indicios de un apurado declive. Todo eso es verdad, lo que no debería admitirse es el irrespeto para una de las mejores carreras en la historia del balompié. Respeten el último baile de Cristiano Ronaldo. Dejemos esa pésima costumbre de invitar al retiro a los que tantas batallas ganaron. Afortunadamente, en el recuento de la historia se van olvidando los días finales de algunos cracks. Recordamos los goles de Pelé en las finales mundialistas y no sus partidos en el Cosmos de Estados Unidos. Repetimos el gol de Maradona a Inglaterra y ya olvidamos su fallido intento de volver a Boca. Ojalá que los videos con los más de 800 goles de Cristiano borren algún día el sinsabor de ver a tremendo crack cabizbajo en un banco de suplentes.

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