Oscar Míguez: el protagonista del Maracanazo que enfrentó a Pelé con camiseta de Sporting Cristal

Míguez y Pelé en el amistoso entre Cristal y Santos. (Foto: Archivo Histórico El Comercio)

26/07/2020 11H41

Los campeones, además de ir al cielo de la gloria eterna, descansan en el Panteón de los Olímpicos. En Uruguay, así se rinde homenaje a quienes le regalaron la felicidad de una medalla dorada y la de un título Mundial. Y en ese lugar descansa Oscar Omar Míguez, el goleador charrúa en los mundiales que llegó a pisar suelo peruano para defender a Sporting Cristal.

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Hace unos días, el cuadro rimense recordó justamente la presencia del uruguayo con la camiseta celeste. Fueron apenas tres partidos, pero sí, el ‘Cotorra’ Míguez llegó a jugar en Cristal y enfrentar nada menos que a Pelé. El tío del padre de Pablo Míguez, actual jugador de Melgar con pasado en Alianza Lima, tiene todo un nombre en la historia mundial y ese crédito hace que sea inolvidable.

Hace una semana, el 16 de julio, se cumplió el aniversario 70 de la coronación de Uruguay en el Mundial Brasil 1050 y en el Cementerio del Buceo se rindió homenaje a esto que los uruguayos llaman fecha patria cuando ganaron el título en el recordado Maracanazo, y Míguez formó parte de esa hazaña.

“Un equipo de tilingos no podía dar el Maracanazo. Había una defensa de acero y un arquerazo como Máspoli; estaban Obdulio Varela y Schubert Gambetta para moralizar a la tropa; el Pepe Schiaffino, un Einstein futbolero, cerebrando cada ataque, y tres cracks para demoler al adversario: Gigghia, Míguez y Julio Pérez. No era un murguita de barrio pretendiendo entreverarse en el carnaval de Río”, recordó hace un tiempo el periodista columnista de El Comercio Jorge Barraza sobre lo que fue ese equipo uruguayo y la presencia del ‘Cotorra’ en aquel plantel.

El 'Maracanazo' fue la mayor tragedia futbolística en la historia de Brasil. (Foto: AP)

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-MÍGUEZ, UNA ESTRELLA DEL GOL-

Oscar Míguez hizo inferiores en Sud América y luego pasó a Peñarol donde hizo una larga trayectoria. Rechazó ofertas del fútbol europeo debido a que no quería dejar su país. Sin embargo, llegó a Cristal en 1960, ya con el cartel de ser el goleador uruguayo en los mundiales, título que hasta hoy ostenta -con sus cinco goles en 1950 y otros tres en 1954, llega a ocho dianas, uno más que Luis Suárez-, pero ya “con los caballos cansados”, como nos refiere el experimentado periodista uruguayo Quique Yanuzzi.

“Fue Antonio Sacco quien lo convenció de ir a Perú. Jugaron juntos en Sud América y Peñarol y vivían en el mismo barrio el Montevideo”, recuerda el mismo Yanuzzi. Sacco llegó a Cristal en 1956 y se quedó a vivir en el Perú jugando en equipos como Alianza, Municipal y Boys.

Míguez llegó al Perú ante el llamado de su amigo. La razón por la cual habría decidido dejar Peñarol luego de más de una década es que el cuadro aurinegro a finales de 1959 ya tenía fijado la contratación del ecuatoriano Alberto Spencer. “Creo que el cambio generacional hizo que Míguez decida salir. Él nunca quiso salir del país. Hubo ofertas del Milan cuando se llevó al Schiaffino, el River se lo quería llevar, lo mismo que el Real Madrid y el Barcelona”, nos repite Yanuzzi.

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-SU PRESENCIA EN EL PERÚ Y CRISTAL-

No fue en el 60 la primera vez que Míguez pisó suelo peruano. En abril de 1954 llegó con la selección uruguaya, que se preparaba para el Mundial de Suecia, y enfrentó nada menos que a Alianza Lima, en un encuentro que terminó 2-2 con Oscar Omar en el campo.

Ese goleador llegó al cuadro rimense para la campaña de 1960. Ya con 32 años y algo disminuido físicamente, fue puesto a prueba en una serie de amistosos. El 26 se dio el arribo de Míguez a Lima y un día después ya estaba en el campo de juego para enfrentar al Vasco da Gama. El uruguayo empezó de cara al gol, con un tanto en la goleada de 3-0 del cuadro peruano, partido en el que debuta Alberto Gallardo, que había sido comprado al Mariscal Castilla.

Pero sin duda, la jornada mejor recordada es el amistoso que disputaron el 18 de febrero ante el Santos de Pelé. El duelo acabó con el marcador de 3-3 con un nuevo tanto de Míguez y una asistencia. Pelé no logró anotar, pero sí le cometieron un penal, según cuenta el portal peruano “dechalaca.com”.

Junto a Pelé. (Foto: Archivo Histórico El Comercio)

Tras estos dos partidos, la contratación parecía definitiva, pero el delantero viajó a su país para finalizar su contrato con Peñarol, dueño de la carta pase. Recién en abril regresó al Perú para trabajar en Cristal, aunque faltaba que llegue su tranfer. En mayo, aprovechando de la llegada de Botafogo al país, los celestes jugaron un nuevo amistoso y fue 1-1 ante los brasileños con Míguez durante la segunda parte.

En esos años, el torneo local empezaba en el segundo semestre, por lo que Cristal solo tenía entrenamientos y Omar Míguez se ausentaba de alguno de ellos aduciendo problemas familiares. Por eso, para junio de aquel año se reúnen con la directiva para romper el acuerdo que tenían. Aceptada la solicitud, el uruguayo viajó definitivamente a su país para jugar un año más en Rampla Jrs. y Colón de Montevideo y luego retirarse.

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-LA CALLE DE MÍGUEZ-

Según Yanuzzi, la razón por la cual Míguez no siguió en Cristal fue por su forma de ser. Extrañaba su casa, su barrio. “Él no quería salir de su barrio. Siempre vivió en la misma casa. Nació y murió en la calle Isabela, que ahora se le conoce como la calle de Míguez”, nos cuenta el periodista uruguayo.

El delantero de los goles bonitos, huachas y chalacas. Un histórico de Uruguay con 8 tantos en dos mundiales llegó al Perú para que los afortunados disfruten de su arte en esos tres partidos. Lamentablemente su condición física no lo acompañó y no se le pudo ver más en las canchas locales.

Es tan grande el nombre de Oscar Míguez, que el ex seleccionado uruguayo Fernando Morena salió a reclamar públicamente en el 2000 a Pelé el no haber incluido al delantero en la lista de los mejores 125 jugadores que el brasileño vio jugar.

El 19 de agosto del 2006, debido a afecciones cardíacas, Oscar Omar ‘Cotorra’ Míguez falleció y fue sepultado en el Panteón de los Olímpicos. Una gloria charrúa que llegó al fútbol peruano y pese a que solo jugó tres amistosos, dejó su huella.