Perú y cambio de ruta futbolística de sus seleccionados

Marco Quilca

En nuestros mejores recuerdos, esos que aparecen de repente y nos dibujan una sonrisa, está el llanto de Jefferson Farfán con camiseta de Paolo Guerrero en mano tras su gol a Nueva Zelanda, o el tanto mundialista de André Carrillo a Australia en la lejana Sochi. Pero hay otros hechos que nos quitan esa alegría repentina.

Desde que Ricardo Gareca llegó a la selección en el 2015 hasta el año pasado, 19 futbolistas emigraron o volvieron a jugar en el exterior.

Tras la participación en Rusia, hasta el hincha más pesimista creía que el jugador peruano sería más valorado en el fútbol extranjero, pero el traspaso de nuestro mejor jugador en Rusia, Carrillo, del Watford de Inglaterra al Al Hilal de Arabia Saudí fue un golpe a la realidad.

La preocupación del entrenador, tibia al principio, fue creciendo y en el mercado de fichajes actual aún más. “Yo quisiera que cuando un chico salga no vuelva”, dijo en referencia al regreso de Pedro Gallese y Wilder Cartagena a nuestro fútbol. Ambos del Veracruz de México a Alianza Lima luego de no tener continuidad en el cuadro mexicano (12 y 13 partidos de 17 disputados por el club, respectivamente).

También habló de Christian Cueva, que dejó el Krasnodar para llegar al Santos FC. El volante será el mejor pagado en el elenco brasileño, pero en Rusia solo duró siete meses. “Sería bueno que se establezca en un lugar y mantenga una continuidad”, señaló.

El ‘Tigre’ también tuvo un momento para referirse a Cristian Benavente. El ‘Chaval’ tenía una buena temporada con el Sporting Charleroi (llevaba 11 goles en 21 partidos), pero sorpresivamente firmó por el Pyramids. En Egipto, el volante ganará diez veces más de lo que percibía en Bélgica. “No puedo meterme en temas personales. Él mismo dijo que recibió una oferta que no podía rechazar. Pero pudo mantenerse en Europa”, afirmó.

Ahora mismo, el panorama se presenta sombrío para Christian Ramos, quien fue despedido del Al Nassr de Arabia sin previo aviso.

–Decisiones–

Las razones deportivas priman en muchas de las decisiones y algunos prefirieron sacrificar estatus por minutos jugados.

Renato Tapia era relegado en el Feyenoord holandés y la poca continuidad (340 minutos de los 2.610 que disputó su equipo desde agosto) se reflejaban en el bajo rendimiento con la selección. Por ello, el volante recaló en el Willem II, un club de la misma liga pero de menor categoría. Ahí, Tapia es titular indiscutible. Lo mismo ocurrió con Anderson Santamaría en México. El central dejó Puebla FC para llegar a Atlas.

Yoshimar Yotún abandonó la incipiente MLS para arribar a un torneo más competitivo como la Liga MX. En el caso de Nilson Loyola, dejó el torneo peruano y se convirtió en un nuevo refuerzo del Goiás brasileño.

El ránking FIFA señala que Perú está dentro de los 20 mejores del mundo, pero la realidad dice que de los seleccionados, solo Luis Advíncula está en una liga top, la de España, aunque peleando el descenso.