La selección argentina de básquet demostró que está en condiciones de emular a la "generación dorada" que brilló en la década pasada, al dar el martes el gran golpe del Mundial con un triunfo por 97-87 sobre Serbia, uno de los favoritos. Al término del encuentro, los jugadores tuvieron una desenfrenada celebración en los vestuarios.
Liderada por Luis Scola y Facundo Campazzo, los sudamericanos fueron muy superiores a un equipo serbio que si bien venía de perder su invicto en el torneo ante España, seguía siendo considerado posiblemente el rival más peligroso para Estados Unidos, el eterno candidato a ganar el evento planetario.
Scola, el veterano ala-pívot que fue parte del equipo argentino que ganó la medalla de plata en el Mundial 2002 y el histórico oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, fue la gran figura del partido, con 20 puntos, 5 rebotes y dos asistencias.
Argentina enfrentará el viernes por un lugar en la final del torneo que se juega en China al ganador del duelo que disputarán el miércoles Estados Unidos y Francia.
"¡Nuevamente a las semifinales del Mundial! Muy orgulloso de este equipo. ¡Partido increíble!", dijo en su cuenta de Twitter el retirado alero Emanuel Ginóbili, el emblema de la "generación dorada" argentina.