El Red Bull Air Race encendió los cielos en Las Vegas
Redacción EC

Alcanzaron velocidades extremas que pusieron a prueba la condición humana. Los aviones de competencia se convierten en un atractivo sin igual, no solo por las maniobras y acrobacias; también porque exigen el máximo de los pilotos para volar al límite en busca de la gloria.

Las Vegas fue sede de la séptima fecha del campeonato mundial 2014. Las anteriores se desarrollaron en Abu Dhabi, Croacia, Polonia, Malasia, Gran Bretaña, Dallas (Estados Unidos). La fecha final (25-26 de octubre) será en Spielberg (Austria) y determinará al campeón mundial que por ahora sigue con Nigel Lamb de Gran Bretaña, Hannes Arch de Australia y Paul Bonhomme de Gran Bretaña como principales favoritos, aunque en la jornada de ayer no tuvieron una presentación destacada.

Los ganadores en Las Vegas ayer fueron Pete Mcleod de Canadá, Matthias Dolorier de Alemania y Lamb. Dieron un gran espectáculo a pesar de las condiciones climáticas desfavorables por el viento que alcanzó una velocidad de 34 kilómetros por hora.

El Air Race reaparece en competencia después de 3 años de ausencia. La última edición fue en el 2010 y el ganador fue Paul Bonhomme. El británico también había ganado en el 2009. Ahora defiende el bicampeonato. Este evento se realiza desde el 2005. Cada año hay innovaciones en seguridad y desarrollo. El ganador del campeonato mundial no tiene un premio económico que se haga público para evitar riesgos y que los competidores pongan en juego la seguridad del espectáculo.

El piloto estadounidense, Kirby Chambliss, ídolo en su país, estuvo en el Perú para la partida del Dakar 2013. Hizo un espectáculo de exhibición. Chambliss también compite en el actual Red Bull Air Race sostiene que "este deporte extremo requiere la mejor condición física, además de la preparación adecuada. El límite permitido de gravedad que puede alcanzar un piloto es 10 G".

La sensación del exceso de gravedad, según le contó Kirby a Deporte Total (presente en Las Vegas) es "como la de pérdida de la sangre en la cabeza, sintiendo que se derrumba un edificio sobre ti".

El ganador de la competencia se determina en un circuito en el que los pilotos deben hacen acrobacias en el aire y sorteando conos gigantes (pilones) en el menor tiempo posible. Los jueces son severos con las penalidades y descuentos de segundos por faltas.

Pero el clima también tiene influencia y en Las Vegas fueron días con mucho viento (a pesar del fuerte calor) y ello obligó a que la carrera se paralice. Finalmente el espectáculo se llevó a cabo ante unos 20,000 espectadores que se dieron cita en la pista de Las Vegas Motor Speedway.

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