
Un lleno total en las graderías del Polideportivo Villa El Salvador y una transmisión por televisión abierta fueron los ingredientes perfectos para el mejor clásico desde que las Pumas volvieron a la máxima división del vóley. Fue un triunfazo por 3-2 de las ‘Pumas’, el más dramático y emocionante de los últimos años. El primer triunfo crema después de 14 años. La última había sido en el 2011, donde Universitario ganó por igual marcador de 3-2 ante las victorianas.
El detrás de cámara empezó temprano, porque antes del clásico hubo dos partidos como antesala: Olva Latino vs Atlético Atenea y Circolo Sportivo Italiano vs Géminis. Más allá de los resultados, ambos compromisos calentaron motores para lo que vino después. A eso se sumó las activaciones de los canales de transmisión de la Liga Peruana de Vóley, como Latina, que le dio una experiencia aparte a quienes acudieron al recinto deportivo.
Sucede que separaron a dos equipos, de 15 a 20 personas cada uno, con camisetas de Alianza y la U, quienes improvisaron un partido de vóley con una net en el medio y una enorme pelota inflable. Ese juego, más allá de que los colores de las camisetas denotaban una rivalidad histórica, hizo que los hinchas disfrutaran un momento de confraternidad, cómo si fuese un mensaje de hermandad que tanto se necesita en estos tiempos. No solo en el fútbol.
Pero volvamos al partido. Mientras adentro había una activación con hinchas, afuera las colas de camisetas blanquiazul es y cremas era larga. Todos, con evidente molestia, compartían una necesidad: la de conseguir una entrada para ingresar al Polideportivo de VES. “Que la prensa informe esto, nos están cobrando de 150 a 200 soles en reventa”, dijo Noemí Zegarra, de San Miguel, que había cruzado todo Lima junto a su hijo para ver a las blanquiazules en acción. Aunque era difícil.
- Así va la LNSV

En la cancha estaba la verdadera fiesta. Para ser precisos, en las tribunas. Porque el recibimiento de de los equipos fue lo más cercano al de una final del mundo. El chapulín blanquiazul de un lado y el niño crema bailarín del otro. A un lado del campo, una niña con camiseta de Alianza sostenía una pancarta con esta frase: “Mamá, perdón, me fui a ver a las campeonas”. Y unos asientos más allá, un par de amigas sostenían banderolas con los escudos de Alianza y la ‘U’ con un abrazo de por medio.
Quizá contagiado por su gente, como si estuvieran en Matute, Alianza salió demoledor en el primer set. Consiguió una ventaja de 12 a 5 en los primeros siete minutos de juego, con un ataque efectivo y a la vez avasallador. Clariveth Yllescas fue clave allí, porque su buen bloqueo sostuvo esa diferencia en el marcador. Pero, con el pasar de los minutos, fue más difícil sostenerlo y la ‘U’ se puso serio. Sacudió su letargo, despertó y reaccionó recortando la ventaja blanquiazul. La diferencia de siete se redujo a dos en cierto momento, pero no alcanzó. Alianza, con dos torres atacando por los lados (Marina Scherer y Maricarmen Guerrero), cerró el primer set por 25 a 21.

El reto para las íntimas, tras ponerse en ventaja 1 a 0, fue mantener el ritmo y la intensidad. Normalmente sucede lo contrario. Se baja un cambio. Se desacelera un poco. Pero no ocurrió. Otra vez Yllescas aparecía por detrás para conectar mates en diagonal y marcar diferencias. Las cremas, en cambio, resistían y buscaban sumar más de dos o tres puntos seguidos, una manera de dar pelea hasta el final. No obstante, el quiebre estuvo en los errores no forzados, allí se equivocaron. Alianza pisó fuerte al final y cerró el segundo set con un 25 a 17 a su favor, con el mismo ritmo avasallador.
El tercer set fue el más parejo. El más peleado. Y también fue el primero en el que Universitario mostró superioridad. Las ‘pumas’ pasaron adelante en el marcador en dos ocasiones y aquí destacó una figura: la de Brenda Graff. La central argentina estuvo impecable en el bloqueo, en las coberturas y en los mates. Su lectura del juego del rival fue acertada y su ingreso le dio mejor ofensiva a su equipo. Con ese ritmo, la ‘U’ sostuvo su ventaja de tres puntos hasta el final y, pese a que Alianza se acercó, el resultado fue un 25 a 22 a favor de las cremas.
Ganar el tercer set fue un envión anímico para la ‘U’, pero igual le tocó remar desde atrás. Le tocó estar 4 a 0 abajo al inicio del cuarto set, sin encontrarse con su mejor juego; pero el trámite cambió poco después. Los errores no forzados de su rival le permitieron igualar el marcador antes del segundo tiempo de descanso y luego sacó ventaja.

Otra vez con un bloqueo impecable, mates fuertes cruzados y reacción rápida para salvar puntos. Alianza, en cambio, bajó los brazos y no tuvo cómo reaccionar. Parecía desconcentrado, errático. Es más, Esmeralda Sánchez recibió una roja y su equipo fue penalizado. Y así fue difícil darle pelea a la ‘U’, que se igualó la serie 2-2 con un 25 a 19.
El quinto fue demasiado emotivo, con Universitario colocándose en ventaja, luego Alianza Lima y finalmente las ‘Pumas’ para quedarse con el set 15-9 gracias a un derechazo de Karla Ortiz, ya con el público de pie y luego ovacionando a las cremas.
En Alianza, Clariveth se molestó porque la cambiaron en un momento clave, hizo gestos de desaprobación, se molestó con el DT Paulo Milagres y estuvo con manos a la cintura. Ya no volvió al partido. Quien también perdió los papeles fue Esmeralda Sánchez, expulsada en el cuarto set por un reclamo. La capitana blanquiazul reclamó a la árbitra principal de la contienda, Rocío Huarcaya, por una supuesta invasión en el ataque rival, lo cual finalmente generó que la réferi la castigara con la máxima sanción, que además le dio un punto a las cremas.
En la ‘U’, el abrazo de Coraima con Karla Ortiz, el puño arriba del técnico Arrese. “Encontramos la fórmula para conseguir el resultado que tuvimos. Alarga la buena racha del equipo y nos da tranquilidad en lo que venimos haciendo. Este resultado no define nada. Evidentemente estamos muy contentos por este triunfo. Lo que no va a cambiar es que nunca bajaremos los brazos en cualquier circunstancia que se nos presente”, afirmó el entrenador.
Al final, la hinchada de la ‘U’ cantó: “Y dónde están, y dónde están, las que nos iban a ganar”. Por otro lado, el técnico Arrese dijo que no iba a dar el secreto para remontar partidos así. En Alianza, no hubo llanto, pero sí fastidio.
