En el pasado, el título Hardcore tuvo gran relevancia en la compañía de lucha libre de entretenimiento. (Foto: WWE)
En el pasado, el título Hardcore tuvo gran relevancia en la compañía de lucha libre de entretenimiento. (Foto: WWE)
Redacción DT

Por Carlos Marroquín

24 horas x 7 días. Esa era el reto si querías ser campeón Hardcore en la . Título extraño, rudo y sin límites. Aquí no habían devoluciones, ni derecho de admisión. Cualquiera podía ser campeón. Debías defender el cinturón en todo momento, sin reglas y en cualquier lugar. Un trabajo absolutamente complejo para los atletas, pero gratificante para sus seguidores, quienes disfrutaban combates improvisados, cargados de violencia y hasta algunas veces cantinflescos, por lo absurdo que eran algunos desenlaces.

Nació a finales de los 90s, como respuesta a la asombrosa acogida de la ECW. Tuvo vigencia hasta el año 2002 y regresó por un corto periodo en 2006. Después, no se activó más. Ahora, viendo la cantidad de luchadores que hay dentro de la empresa y los números tan bajos de rating, me pregunto: ¿no sería buena idea revivirlo?

Para comenzar, los creativos tendrían la libertad de improvisar todo tipo de luchas o, mejor aún, de fomentar peleas extrañas, en lugares totalmente absurdos. Recordemos que los enfrentamientos por este campeonato tenían ese ingrediente, podían empezar en una tienda de barrio y terminar sobre una mesa de billar. El mejor ejemplo que podemos refrescar es la persecución que le dieron los Headbangers a Crash Holly dentro de un parque de diversiones. Se armó una logística muy atractiva, sumergiendo al fanático por angostas y coloridas colchonetas.

Ahora bien, la WWE tiene estrellas para regalar. Muchas de ellas no son tomadas en cuenta ni para servir café detrás de los vestidores. Podemos mencionar a R-Truth, Zack Ryder, Curtis Axel, Erick Rowan, Heath Slater, Rhyno, Mark Henry, Tye Dillinger o el mismo Luke Harper. Entonces, asumiendo que eventualmente se dé esta apertura, varios de los relegados tendrían chances para meterse dentro de la plancha estelar.

De todos los que mencioné, siento que el abanderado de esta posible división debería ser tranquilamente Luke Harper. Está confirmado en todas las aristas posibles que el ‘barbudo’ ya no tiene espacio. Pero si se pone este nuevo overol, subiría considerablemente su presencia. Ha demostrado que es un gran luchador, solo que estar encasillado como ex integrante de la extinta Familia Wyatt no lo deja progresar. Al menos, esa es la idea que nos quieren vender.

Otro que también saldría beneficiado con esta resurrección sería Dean Ambrose. No tengo dudas que la WWE le daría su voto de confianza para que utilice de nuevo esa faceta demencial que lo volvió famoso. Ahorita sigue en su eterna y aburrida lucha por el campeonato Intercontinental, pero él sabe que si le dan la oportunidad de regresar a su sangrienta especie, su carrera daría un giro sorprendente. La misma situación sería con Samoa Joe o Kevin Owens.

La vuelta de este título le podría abrir la puerta a que vuelvan viejas estrellas que se identificaron con esta corona. Hablo de Raven, Tommy Dreamer, Al Snow, Steve Blackman, incluso hasta el mismo Gangrel. Y sería clave, por qué no, para sumar nuevos nombres como Delirious, Shane Storm, entre otros.

Al margen de las buenas intenciones, uno de los grandes temores que tendría la compañía en revivir este título sería contradecir las políticas anti-extrema violencia ya establecidas desde la era PG (Parental Guidance). Es cierto. Pero pienso que se podrían efectuar ciertos ajustes, como quitarle los fluorescentes o los palos con púas. Quizás se piense que restaría un poco de originalidad, pero fluirían otros detalles que suman a la mística que guardaba esta presea. Todo queda en manos de los creativos.

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