Selección: ¿Por qué el partido contra Bolivia es más difícil de lo que pensamos?

Es un completo error calificar a la selección boliviana como el rival más fácil de Perú en este último tramo de Eliminatorias Rusia 2018. Sería un grave fallo pecar de confiados solo porque la 'Verde' está sin chances matemáticas de ir al Mundial de Rusia 2018.

Esos rivales que están heridos en lo más profundo son los más peligrosos, porque quieren hundir a los demás para que sientan la frustración por adelantado. La selección peruana tiene que pensar fríamente que enfrente tendrá a un oponente duro, rocoso y furioso por el tema del fallo del Tribunal del Arbitraje Deportivo.

Además qué tan fácil puede ser sobrepasar a un contrincante que juega con un esquema ultradefensivo (una línea de cinco) que acumula a un gran número de futbolistas para obstruir el avance. Un claro ejemplo fue el duelo contra Colombia. Los cafeteros sudaron la gota gorda para romper el muro infranqueable de los altiplánicos. Encima tienen a un portero de nivel óptimo como Carlos Lampe, quien es muy querido en Huachipato de Chile y varios lo piden a gritos para que custodie el arco de Colo Colo.

"En los últimos partidos la gran figura fue Carlos Lampe, que se ha consolidado como el arquero titular de Bolivia. Pero en general la gran estrella es Marcelo Martins, es el futbolista más representativo de Bolivia por lo que hizo en Brasil", comentó Roberto Acosta, periodista que trabaja en el portal "Late.bo".

Las esperanzas en la ofensiva boliviana todavía siguen depositadas en Martins. El artillero de 30 años goza de un buen presente en el fútbol chino. Aunque milita en la segunda categoría de ese país y eso no es del agrado absoluto para los aficionados del altiplano porque posee unas características importantes que generaron furor en su periplo por Cruzeiro y Gremio. No olvidemos que también destacó en el Shajtar Donetsk de Ucrania.

¿Cuál es el esquema habitual del conjunto boliviano?

El equipo que dirige nuevamente Mauricio Soria es muy cauteloso. Quiere cuidar por completo la defensa para brindarle una seguridad íntegra al guardameta y así no pasar mayores apuros. Pero también por momentos le agrada contar con la tenencia del esférico en el medio para desesperar a los otros. Soria no se decide por un esquema en particular. Primero analiza las fortalezas del rival, luego detecta a los inteligentes y al final organiza una oncena para contrarrestar el peligro.

Por ejemplo contra Colombia usó un contundente 4-5-1, que luego pasó a ser un 5-4-1, con Ronald Raldes, Christian Coimbra, José Sagredo, Mario Cuellar y Omar Morales (volante). Todos ellos se dedicaron a replegarse en bloque para impedir los golpes de James Rodríguez y compañía. No suelen conectar pases cortos y optan por aventar la pelota a cualquier lado y así se organizan nuevamente en defensa. Esa estrategia sirvió por 83' hasta que el '10' colombiano anotó. Fue de penal y encima lo atajó Lampe, pero dejó rebote. Entonces tan fáciles no son.

Situación similar se observó cuando chocaron ante Chile en Santiago. Igualaron a cero con una actuación descomunal de la línea defensiva que arrojó los remates de Eduardo Vargas, Alexis Sánchez y Arturo Vidal lo más lejos posible. En dicho encuentro alinearon con un 4-3-3. Sin embargo, el poderío de los sureños fue tanto que se desarmó esa alineación y todos quedaron atrás renunciando al ataque. Táctica válida, que poco sirvió porque el resultado fue anulado por la mala inscripción de Nelson Cabrera y se transformó en un 3-0 en contra por decisión del TAS.

"No es lo más usual [utilizar un dibujo con cinco atrás], Raldes y Zenteno son la dupla fija. Casi siempre usa línea de cuatro, la línea de cinco solo se utiliza en ocasiones especiales", complementó Acosta.

En ese sentido, es bastante probable que Perú pruebe la férrea pared boliviana. Chile y Colombia, equipos de nivel top, lo padecieron. Que no sea sorpresa que la blanquirroja sufra en el gramado con ese grueso inconveniente.

Mauricio Soria: un director técnico acostumbrado a apagar incendios

El conjunto boliviano atraviesa -una vez más- un serio problema a nivel de clasificatorias. Su fútbol es desfasado, apagado, burdo y evidente. Así fue con Baldivieso y Hoyos. Con Mauricio Soria, por lo menos, intenta ser aplicado. Algo que no se cumple a cabalidad por las características de sus pupilos.

Apenas solo tres integrantes de la 'Verde' poseen una técnica exquisita que roba un par de aplausos. Ellos son Alejandro Chumacero, Marcelo Martins y Pablo Escobar. Este último habría que eliminarlo de la lista pronto porque con 39 años su carrera está en el ocaso. Los otros dos tienen para seguir creciendo en todo ámbito. Y el resto necesita una evolución que debe ser llevada con respeto y tranquilidad.

Mauricio Soria conoce a su plantel a la perfección. Lo dirigió en la Copa América 2015 con un éxito rotundo al clasificarlo a los cuartos de final y ante la salida de Guillermo Hoyos volvió a ponerse el buzo en el 2017. En ambas etapas le brindó a sus jugadores confianza, seguridad y respaldo en todo momento. No es de los que se enoja con facilidad cuando algo no sale bien. Revisa con detenimiento sus apuntes, no despega su mirada del campo e intercambia diálogo con su cuerpo técnico para encontrar soluciones.

Una vez que todo se encamina recupera la felicidad y ordena que el equipo no se rompa bajo ninguna circunstancia. Una virtud loable en un plantel en el que no reina el fútbol maravilloso, pero que trata de recuperarlo con principios básicos.

Los aficionados poco a poco le agarran cariño a Soria. Sobre todo por su trabajo exhaustivo con los jóvenes. Esos que forman parte del Wilstermann, San José de Oruro y Sport Boys Warnes. Los mejores casos son: Gilbert Álvarez (25), Bruno Miranda (19), Luis Alí (23), Jordy Candia (21).

El último precedente positivo de Mauricio fue conseguir tres victorias consecutivas. Una estadística que era esquiva desde hace 20 años. La victoria ante Argentina (2-0) por Eliminatorias y contra Nicaragua (0-1) -por partida doble- en Managua y Yacuiba (3-2) generó una emoción inigualable en los aficionados. Ellos ahora esperan que su seleccionado empiece a crecer con mesura y vuelva a ser la potencia que encandiló en 1994 cuando fueron al Mundial de Estados Unidos.