Wilmer Robles Tadokoro

Usaba la dorsal “2”, pero terminó siendo el número “1” de la defensa de Boca Juniors de todos los tiempos. Idolatrado por los hinchas “xeneizes”, quienes le compusieron una canción: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el peruano y su ballet”, premio a su bicampeonato nacional con los boquenses. “Todavía se escucha el vals del peruano, sobrino”, cuenta a través del hilo telefónico el gran Julio Meléndez a El Comercio desde Orlando, Florida. “Durante siete años en Boca siempre me consideraron el “1”, y luché contra bravos de bravos, pero siempre con amor a la profesión”, prosiguió. El “Negro”, como lo llamaba cariñosamente Diego Armando Maradona, su entrañable amigo, conquistó corazones y despertó pasiones a través de su juego elegante. “La pelota es como una pareja, hay que darle cariño. Si la tratas mal, no regresa, y se va con otro que la trate mejor”, reflexionó entre risas y recuerdos tras la pérdida de su amiga incondicional, su amada esposa. “Mi corazón se apagó cuando partió mi esposa hace diez años”, dijo con voz entrecortada.