Además de dirigir su academia de fútbol, Óscar Ibáñez ha empezado a brindar charlas motivadoras basadas en la campaña de Cienciano. (Archivo El Comercio)
Además de dirigir su academia de fútbol, Óscar Ibáñez ha empezado a brindar charlas motivadoras basadas en la campaña de Cienciano. (Archivo El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

Ser el arquero con más partidos disputados con la camiseta de Perú o el guardameta con más títulos conseguidos –entre ellos el tricampeonato con la ‘U’, la Copa Sudamericana y la Recopa Sudamericana con Cienciano– son algunas de las medallas de Óscar Ibáñez.

Por ello, y a propósito del amistoso que la Blanquirroja disputa hoy (1:45 p.m.), conversamos con el portero que alineó ante Holanda en el último encuentro entre ambas selecciones, el 10 de octubre de 1998, que terminó con derrota peruana por 2 a 0.

— ¿Cuál es tu primer recuerdo sobre ese partido?
Era mi segundo partido con la selección y tenía a un rival de fuste al frente. Ellos venían de estar entre los cuatro mejores en el último Mundial [Francia 1998]. Jugaban Davids, Seedorf, Cocu, Bergkamp, Stam, Kluivert, Van der Sar. Fue una experiencia importante y traté de estar lo más enfocado posible. La verdad… ¡estaba tan metido en el partido que de Holanda no recuerdo nada!

— ¿Cómo transcurrió el juego desde tu perspectiva?
Con mucha tensión. En el primer tiempo la pasamos mal, nos dominaron pero no convirtieron. Recuerdo un remate de Bergkamp desde afuera del área, un mano a mano con Kluivert, un tiro libre de uno de los hermanos De Boer. En el segundo tiempo ambos hicimos algunos cambios y nos fuimos acomodando al partido. Tuvimos actuaciones muy buenas también, sobre todo por la concentración para evitar sus ataques. Por ahí tuvimos una situación de Solano y otra de Maestri, pero en esa segunda mitad convirtieron.

— Dos veces.
La primera fue un tiro libre que salió al córner y lo terminó convirtiendo Stam, el defensor más caro de esa época si no me equivoco. Después del gol estábamos parejos, intentando inquietarlos y de repente Seedorf empala una pelota para Peter Van Vossen, quedamos mano a mano, me abrió el pie como para definir a un lado y la terminó mandando al otro. Finalizó el partido, tuvimos una buena crítica allá, más allá de que no nos gustaba perder, entendimos que era un rival de gran nivel.

Perú crece contra los rivales grandes.
Sí, pasó con Brasil, con Argentina, en un amistoso que jugamos contra España. En el último Mundial se vio lo mismo. Qué irónico, ahora llegamos nosotros con una buena actuación mundialista. Pero que Holanda no clasificara al Mundial no hace que deje de ser potencia.

— Volviendo al partido del 98, ¿cómo se vivió la previa de ese encuentro?
Antes no teníamos tanta información como ahora que entras a cualquier programa de fútbol y te dice quién patea los tiros libres, cómo los patea, las coordinaciones de ataque, cómo salen. Antes tenías que ver fútbol sí o sí para ver qué información podías obtener. Y es en la previa donde te vas dando cuenta de a quién te vas a enfrentar, comienza la preocupación pero eso no está mal porque te mantiene alerta. Acabo de recordar una anécdota…

— Cuéntanos…
Terminé el partido con un fastidio bárbaro porque habíamos perdido, me iba al vestuario e iba saludando a algunos. De repente, Van der Sar me saluda y me dice para cambiar camisetas. Recién ahí me di cuenta de lo grandote que era. Su camiseta era dos tallas más grande que la mía [Ibáñez mide 1,86 metros y Van der Sar 1,97].

— ¿Has podido analizar a la Holanda de ahora?
La verdad que no, estoy más inmerso en el torneo local a la expectativa de una oportunidad para volver a dirigir. Pero creo que Holanda le va a dar ritmo al partido, Perú llega con el problema de algunos muchachos que no juegan en Europa y se deben adaptar al horario, que no es poca cosa. Pero seguro que eso ya lo tiene en cuenta el equipo técnico.

— ¿Presionan mucho los holandeses?
En un partido de Eliminatoria se siente más la efervescencia de la hinchada. En Europa son más respetuosos, no te cantan todo el partido.

— ¿Cuánto aporta mentalmente haber jugado el Mundial?
Desde que salen a la cancha el rival los verá distinto, el ego del jugador también crece positivamente. Los muchachos ya se sacaron la mochila de no clasificar por tantos años. Están mucho más liberados. A eso hay que sumarle que el jugador peruano de por sí es talentoso. Ahora hay que mantener el prestigio para seguir jugando con este tipo de rivales.

— ¿Te sorprendió la convocatoria de Calcaterra?
La verdad que no. Él ha mantenido una regularidad importante desde que llegó al Perú. Creo que le puede sumar cosas importantes a la selección, sobre todo en el sector ofensivo, pero en defensa también sabe cuándo cortar las jugadas, eso es importante.

— ¿Cómo se lleva el tema de la doble nacionalidad?
Solo puedo hablar por mí. Yo llegué en 1993, cuando el Perú era un país totalmente distinto al de hoy, pero vi que mi vida estaba acá. Ahora llevo la mitad de mi vida acá, mis hijos crecieron aquí. Y no fue por un tema de cupo de extranjeros en el equipo, en mi caso fue una decisión familiar. Creo que fue porque siempre me sentí respetado, querido y por eso yo también siempre intenté dar lo mejor. Incluso cuando llegué a la selección, sentía que debía dar todo y más porque ocupaba el lugar que podía tomar un jugador nacido acá.

Óscar Ibáñez

Ex arquero de la selección

Nací en la provincia del Chaco, en Argentina, hace 51 años. El 15 de abril de 1998 debuté con Perú y jugué 50 partidos con la Blanquirroja. Dos arqueros que admiro: Hugo Gatti y Ubaldo Fillol. Síganme en el fanpage: .

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