Perú buscará esta noche vencer a Nueva Zelanda y regresar a un Mundial luego de 36 años. (Foto: USI)
Perú buscará esta noche vencer a Nueva Zelanda y regresar a un Mundial luego de 36 años. (Foto: USI)
Jasson Curi Chang

Hijo mío:

Cuando aprendas a leer y este recorte periodístico llegue a tus dos manitos ya habremos conocido la verdad. Desde hace unos meses atrás estamos en la búsqueda constante de muchas respuestas. Quizás la que marque a fuego la época será: ¿En verdad irá al Mundial de Rusia 2018?

Hoy es la noche previa al partido más importante de mi generación futbolera y el insomnio me consume. Ni cuando tuve que patear ese penal en el Sub 14 de los Juegos Escolares me sentí con tantos nervios. Y aunque ya vimos que los defensores centrales de Nueva Zelanda son personajes que se escaparon de los Picapiedras, el pánico escénico me tiene en vela.

Miro al celular –porque sí, los que hoy tenemos veintitantos años pecamos de creerle más al WhatsApp o al Twitter antes que a los medios– para ver si se sabe algo más del Caso Paolo Guerrero. Tengo un sueño iluso en que el Tribunal de la FIFA responde, le tira medio cachito de ilusión al país y lo habilita horas antes del partido en el Estadio Nacional. Porque sabes, hijo mío, creo que si así fuera, Paolo toma un avión desde Río de Janeiro, llega a Lima, se cambia en el taxi para después salir con la cinta de capitán al frente del equipo de Ricardo Gareca. Ah, es verdad, su inocencia o culpabilidad es otra de las cosas que espero pueda mostrarte, explicarte, ayudarte a comprender. Hoy no podría, lo siento. La duda periodística es más grande y me tiene en medio de bárbaros y romanos, cerrando los ojos para no ver el fuego cruzado de gente que tira barro con ventilador.

Hace unos días, un amigo escribió en Twitter una frase que confío se convierta en el prólogo de una generación más ganadora: “Hoy puede ser el primer día del resto de nuestras vidas. #ArribaPerú”, tuiteó.

Hijo mío, ¿serás tú y tus amigos los que al fin vivan en un Perú de alegrías futbolísticas? O por lo contrario, ¿estamos condenados al sufrimiento eterno de ver los mundiales por la TV?

Cuando partió este proceso eliminatorio, tu abuelo Fonchi me dijo algo que he repetido sistemáticamente después de cada partido de la selección peruana: “El ‘Tigre’ Gareca tiene que tener mucho aguante en un país que se le acabó la paciencia”. Con 50 años, tu abuelo ya vio a Perú en tres mundiales. Fue niño en México 70, adolescente en Argentina 78 y joven en España 82. Pertenece a una generación dichosa a la que he visto renovar su fe futbolera después de ver cómo vinimos de atrás hacia adelante en esta largo camino a Rusia. En cambio, los niños de España 82 hoy se dividen entre puristas y pesimistas. Poco que decir de los más jóvenes. Los que sufrieron con el gol de Gareca en el Monumental de River en el 85, o los que vieron cómo Chile nos metió cuatro para sacarnos de Francia 98. Por todos ellos, y por los pequeñitos que se alegraron por última vez viendo al Cienciano de Ternero, hoy miércoles 15 de noviembre del 2017 estaremos prendidos de nuestra más fervorosa ilusión. En todos estos años he sido hijo, niño, estudiante, adolescente, universitario, novio; cuando sea tu padre quiero decir que también soy mundialista.

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