Rogger Fernández

“No tenemos jugadores”, decía Carlos Zambrano en noviembre pasado en La Bombonera, tras perder 1-0 contra Argentina y caer a lo más hondo de las Eliminatorias 2026. Sus palabras fueron una dosis de realidad, un golpe tan fuerte como la vehemencia con la que el ‘León’ defiende a la . Y lo peor es aceptar que tiene razón. No sacamos talentos como los demás, tampoco nos sobra nada y nos la arreglamos con lo que tenemos. Al contrario, hay que buscar afuera futbolistas con raíces peruanas que quieran ponerse la ‘Bicolor’. Y así como encontramos a Gianluca Lapadula y Oliver Sonne en un momento de necesidad, el siguiente en la lista puede ser Alexander Robertson, quien juega de ‘10′ y es lo más cercano a Christian Cueva que tenemos. ¿Por qué?

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Con 21 años y titular en el Cardiff City, Robertson ha encontrado en la Championship su lugar en el mundo, porque combina. Fue comprado y formado por el Manchester City cuando era niño, pero dar el salto al equipo principal era una misión casi imposible. Por eso cambió de aires y hoy en el torneo de ascenso de la mejor liga del mundo destaca con goles y asistencias. Juega de enganche, detrás del ‘9′, y es un volante ofensivo como alguna vez ‘Aladino’ lo fue con Ricardo Gareca rumbo a Rusia 2018. Tiene raíces peruanas y todo hace indicar que no hay mejor momento que este para llevarlo a la selección. Acá lo explicamos.

CompeticiónPartidos jugadosGolesAsistenciasMinutos
Championship27321930
FA Cup2--52
EFL Cup21-103

¿Por qué Jorge Fossati no lo llamó antes?

La historia entre Robertson y la selección peruana no es reciente. En 2022, el área de scouting de la FPF captó al jugador nacido en Inglaterra y tomaron conocimiento de que, además las raíces peruanas, también era elegible por Escocia y Australia. Trataron de contactarlo y convencerlo, pero el jugador tenía predilección por defender a los ‘Socceroos’, quizá influenciado al ser el país de nacimiento de su papá. Había hecho menores con los oceánicos y hasta disputó un par de amistosos FIFA con el combinado absoluto, aunque nada oficial hasta hoy.

En la Videna, mientras tanto, se olvidaron de él durante ese lapso. Si bien su nombre no ha sido borrado de la lista de jugadores con raíces peruanas en el exterior, nunca fue una opción para convocarlo a las selecciones menores. No tiene el DNI peruano y, por ende, no forma parte del universo seleccionable. Jorge Fossati, que hasta el año pasado era el técnico de la Bicolor, fue informado de la situación de Robertson y lo descartó. A eso se sumó la preferencia del ‘Nonno’, quien al igual que Gareca en su momento, quería que sus jugadores hablen español.

A la posición de Fossati se sumó la institucional. La FPF -que un inicio fue la interesada en contactarlo para que represente al Perú- no lo volvió a intentar luego de que Robertson se inclinara por Australia. Decidió no buscarlo y espera un gesto del jugador. “Que llame y se ofrezca”, dijeron en la Videna, tal y como pasó con Gianluca Lapadula y Oliver Sonne. Para ellos, es una historia con un final conocido. “No hay contacto con él, en este momento no”, expresó Juan Carlos Oblitas en octubre pasado, cuando todavía era director de fútbol de la FPF.


¿Qué falta para que juegue por Perú?

Robertson jugó dos partidos amistosos con Australia en el 2023 (ante Ecuador y Argentina en marzo y junio, respectivamente) y luego decidió no volver más. En noviembre último, le comunicó al técnico Tony Popovic su deseo de no ser llamado y desde entonces han tratado de convencerlo sin éxito. No estuvo en los siguientes compromisos FIFA ni en los duelos por Eliminatorias 2026. Medios locales señalan que su alejamiento se debe a diferencias con el entrenador, aunque Alexander permaneció tranquilo. Y lo que vino después fueron una serie de gestos hacia sus raíces peruanas, como mostrar un tatuaje en el brazo del mapa del Perú o posar con la camiseta de la selección.

Esas señales traen recuerdos a los peruanos, porque Lapadula y Sonne hicieron algo similar antes de elegir a Perú. Pero hace falta más. Pasar de gestos a hechos es una decisión y Robertson tiene que tomarla. Una vez dado el primer paso, corresponde tramitar su DNI peruano en cualquier embajada y posteriormente demostrar ante la FIFA su elegibilidad. Al no haber disputado duelos oficiales con los ‘Socceroos’, necesita realizar el proceso llamado “one time switch”, que solo puede hacerse por única vez. Tras ello, quedará apto para ser convocado por la Bicolor.

La otra opción es que la FPF deje la soberbia o el orgullo de lado y retome el contacto con él. El problema aquí es la crisis institucional que atraviesa y la ausencia de una cabeza que asuma dicha gestión. No hay técnico tras la salida de Fossati; tampoco hay director deportivo luego del despido de Oblitas y mucho menos un jefe de Unidad Técnica de Menores (’Chemo’ del Solar se irá tras el Sudamericano Sub-20). Y a eso se suman los cuestionamientos contra Agustín Lozano, las denuncias en su contra y los problemas internos por los derechos de TV. El contexto, claro está, es adverso. ¿Con quién contactarse? ¿Quién lo puede convencer?


¿Por qué el nuevo Cueva sería inglés?

Robertson no es Cueva, pero juega en su posición y es lo más cercano a él que tenemos. Es titular en el Cardiff City, destaca en el 4-2-3-1, ha marcado goles y también registra asistencias (ver cuadro de arriba). Nada mal para un futbolista de 21 años que juega en la Segunda División de Inglaterra y que posee buenos números esta temporada. Además, si en la selección la idea es recuperar lo que se hizo bien, como en los tiempos de Gareca camino a Rusia 2018, es una opción a considerar para una Bicolor que no produce jugadores y debe buscar afuera lo que no tiene adentro.

Y si de nivel se trata, Robertson ha demostrado que posee las cualidades suficientes para estar en una selección como la peruana. En un presente de urgencia, donde la falta de un creador dentro del campo impera y se exige siempre el recambio generacional, es de sabios utilizar todas las cartas en la mesa para tentar el éxito.