Noche veraniega en Lima. Camisetas blanquiazules se agitan por los cielos de Matute para alentar a Alianza Lima. El rival es un Boca Juniors que morderá el polvo de la derrota. El partido será ideal para inflar el pecho e ir envalentonado a La Bombonera. Sin embargo, en la tribuna Occidente del Alejandro Villanueva hay un espía que nadie espera. Un hombre camuflado que se mezcla con el jolgorio íntimo y lleva los apuntes y conclusiones de su visita en una libreta. El pretexto es perfecto: viene a ver al portero Guillermo Viscarra, y de paso, analiza de cerca a futbolistas de la selección peruana que dentro de unas semanas tendrá como rivales en las Eliminatorias 2026.