Rafael Nadal esta cerca de ganar su  duodécimo título en Roland Garros tras imponerse al suizo Roger Federer en apenas tres sets, por 6-3, 6-4 y 6-2 en semifinales. (Foto: Twitter)
Rafael Nadal esta cerca de ganar su duodécimo título en Roland Garros tras imponerse al suizo Roger Federer en apenas tres sets, por 6-3, 6-4 y 6-2 en semifinales. (Foto: Twitter)
Kenyi Peña Andrade

Son estas ocasiones en las que Antonio Nadal Homar, entrenador y tío de Rafael Nadal, debe mirar hacia el cielo, respirar hondo, soltar alguna lagrima e inflar el pecho de orgullo. Y cómo no lo va a hacer al ver cómo su sobrino sigue alargando su leyenda en el mundo del tenis. Él fue la máxima influencia para que el Rafa de nueve años de edad se decidía en empuñar una raqueta en lugar de patear el balón. El tiempo le dio la razón al tío Toni. 


Por ello sería un sacrilegio que no lo celebre, él, y todos sus seguidores, al observar cómo el español vapuleó este viernes a una leyenda como Roger Federer, tras ganarle por 6-3, 6-4 y 6-2 en las semifinales de Roland Garros, su torneo fetiche. El mismo que podría ganar por duodécima vez en su carrera. Y, si es así, si vence a Novak Djokovic o Dominic Thiem (continúan este sábado su partido interrumpido por lluvia) este domingo en la gran final, se convertirá en el primer tenista de la historia que llega a esa cifra en un mismo torneo de Grand Slam, rompiendo la paridad de 11 con la australiana Margaret Court, quien logró ese registro en el Open de Australia.

Al revisar las estadísticas contundentes de Rafa, no queda duda que es el rey de Roland Garros. No solo no perdió ninguna de las once finales que disputó, igualando a Martina Navratilova en el récord de presencias en esta instancia en un mismo Grand Slam, sino que obtuvo 92 victorias y solo ha perdido dos partidos en la historia del torneo. Algo increíble. Contra el sueco Robin Soderling en octavos del 2009 y contra 'Nole' en cuartos del 2015. Además, tiene 26 finales de Grand Slam (17 ganadas), y cuenta con 22 victorias consecutivas en territorio francés (no pierde desde los cuartos de final del 2015 frente a Djokovic).

Uno puede darse un salto hacia otros deportes y encontrará pocos ejemplos similares en el que un solo deportista se hace dueño total de un torneo o categoría específica, así como lo ha hecho el mallorquín en tierras francesas. En este rubro se puede mencionar al atleta jamaiquino Usaint Bolt en los 100 y 200 metros planos, al nadador norteamericano Michael Phelps en 100 y 200 metros mariposa y 200 libre, y a la gimnasta estadounidense Simone Biles en suelo. Nadal, con litros de sudor derrochados en la cancha, horas exhaustivas de entrenamiento y una mentalidad ganadora a prueba de acero, se ha ganado el derecho de ser parte de ese Olimpo de estrellas.

Nadal puede conseguir su doceavo título de Roland Garros. (Foto: AP)
Nadal puede conseguir su doceavo título de Roland Garros. (Foto: AP)

El camino del guerrero
Para subir hasta la cúspide de la torre Eiffel, Rafa tuvo que librar verdaderas batallas. Cómo olvidar aquella final emocionante que nos regaló junto al argentino Mariano Puerta en el 2005. En aquella oportunidad se consagró con su primera celebración en el país galo tras vencer por 6-7, 6-3, 6-1, 7-5.

Mientras que en el 2017 nos entregó una exhibición de su mejor tenis, tras dejar en el camino al suizo Stanislas Wawrinka por 6-2, 6-3 y 6-1. Aquel contundente triunfo permitió que Nadal meta en sus vitrinas el décimo trofeo de esta competencia. Inclusive en esta edición, en cuartos, ya había dejado en claro todo la vigencia de su potencial haciendo trizas al japonés Kei Nishikori, séptimo del ránking, perdiendo únicamente cinco juegos en todo el encuentro.

Nadal viene manteniendo un nivel alto con regularidad. (Foto. AP)
Nadal viene manteniendo un nivel alto con regularidad. (Foto. AP)

Amigos, rivales y una superioridad marcada
"Quiero felicitar a Roger, es increíble que con 37 años mantenga este nivel. Probablemente sea el mejor jugador de la historia, siempre es un placer jugar contra él", dijo el español desde la cancha de una abarrotada pista central de París. Entre dos de los grandes tenistas de todos los tiempos en este deporte hay respeto, honor, y halago mutuo. Sin embargo, esto no significa que el español haya tenido piedad con el suizo al momento de enfrentarse, y así lo demuestra el historial.

El número 2 del mundo, que con este triunfo se asegura conservar su ránking tras Roland Garros pase lo que pase en la final, le ha propinado seis derrotas consecutivas a Federer desde el 2005 en París. Los mejores años del suizo estuvieron marcados por continuas derrotas ante Nadal, varias de ellas dolorosas como las que sufrió en las tres finales de Roland Garros o la de la final del Abierto de Australia del 2009.

Nadal  y Federer mantienen una buena relación afuera de las canchas. (Foto: Nadal viene manteniendo un nivel alto con regularidad. (Foto: AFP)
Nadal y Federer mantienen una buena relación afuera de las canchas. (Foto: Nadal viene manteniendo un nivel alto con regularidad. (Foto: AFP)

Al mejor estilo de un coliseo romano, la tierra batida arremolinada convirtió la central de París en un desierto sobre el que dos guerreros intentaban imponer su ritmo. El español tuvo una mejor adaptación, domesticó los intentos del suizo por acortar los puntos y lo acorraló al fondo de la pista donde su tenis es superior.

Mucha tela se ha cortado entre los dos en la historia. El primer enfrentamiento entre ambos se produjo cuando el español tenía 17 años y el suizo 22 (ahora se volvieron a encontrar con 33 y 37, respectivamente) en el torneo Masters 1000 de Miami en marzo del 2004. Desde ahí, se batieron a duelo en 39 ocasiones en todas las superficies, el español ha ganado en 24 ocasiones y el suizo en 15. Y en arcilla la superioridad es muchísimo más abismal a favor del primero: 13 victorias contra 2.

Rafa, quien cumplió 33 años hace cinco días, vuelve a una final con el deseo de ganarla para para mirarse al espejo y comprobar una vez más que tomó las decisiones correctas en su vida: valió la pena dejar la escuela para dedicarse de lleno al tenis, haberle hecho frente a la depresión que sufrió tras la separación de sus padres en el 2011 (luego volvieron), y haber guardado el balón en el ropero para hacer de la raqueta su amigo inseparable. Hoy nadie puede dudar que nació para el tenis y ser rey en Roland Garros.

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