Las sorpresas positivas que la economía de Estados Unidos ha venido mostrando este 2018 han llevado a la Reserva Federal a dar un mensaje más agresivo sobre futuras subidas de tasa de interés. Ello ha generado una salida masiva de capitales extranjeros de las economías emergentes, ocasionando la depreciación de sus monedas.
Sin embargo, no todos han sido golpeados por igual. Los países de la Alianza del Pacífico han sido los menos afectados y sus monedas se han depreciado menos que las de otras economías, percibidas como más débiles.
El peso colombiano, en el primer semestre, se ha apreciado 1,21%. El peso mexicano, el peso peruano y el peso chileno se han depreciado 0,5%, 1,2% y 5,6%, respectivamente. El común denominador entre los cuatro países es las solidez de sus cuentas externas.
Sin embargo, otras economías emergentes con problemas en la balanza de pagos han sufrido depreciaciones importantes. Por ejemplo, el real brasileño se ha devaluado 16,57%. La lira turca, en medio de ruido político, ha perdido 20,93% de su valor y la ‘estrella’ ha sido el peso argentino, que en seis meses se ha depreciado 50,86%.
Según James McCormack, jefe global de rátings soberanos de Fitch, los principales riesgos de la apreciación del dólar sobre los países emergentes son el encarecimiento de sus deudas en dólares, el deterioro del precio de los commodities y la reducción de sus reservas.