Ciclo: conoce a la empresa peruana que convierte los residuos de la construcción y demolición en materiales sostenibles

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Ante la problemática que genera la ineficiente gestión de los residuos de la construcción y demolición, Roger Mori Pizzino sabía que tenía que hacer algo y vio una oportunidad para crear nuevos materiales. Es así que nació Ciclo, ganadora del Premio Avonni en la categoría Reconocimiento Gestión de Residuos Jockey Plaza. Hoy, la empresa peruana logra transformar 50 toneladas al día y las regresa al círculo de la construcción.

¿Cómo nació Ciclo? ¿Qué necesidad específica buscaba atender?

Iniciamos el proyecto en el 2015, Ciclo nació ante la poca acción frente a la contaminación que se genera en Lima cada año por los residuos, el desmonte. El último dato que se tiene es un reportaje del diario El Comercio en el 2017, donde se calcula que Lima produce alrededor de 19.000 toneladas de desmonte al día. Y ese residuo no va a algún lugar autorizado como un relleno sanitario, sino a botaderos informales, lugares donde simplemente alguien dispone de un terreno o un área, cobra para que los camiones depositen ahí su desmonte. Al final se genera un área contaminada, un suelo inestable que en un futuro podría generar desastres.

Lo correcto es llevar este desmonte a un lugar autorizado, es decir, a un lugar tipo un relleno sanitario o una planta de reciclaje como la que tiene Ciclo, donde se tiene licencia ambiental y administrativa para disponer de estos residuos.

¿En qué recicla este desmonte Ciclo? ¿En qué lo convierte y cuánto es lo que convierte al día?

Al día transformamos 50 toneladas de desmonte proveniente de Lima. Nosotros convertimos el residuo en una segregación, para luego hacer una trituración y convertirlo en agregados reciclados. Estos agregados son similares a un agregado natural, es decir, a una piedra, a una arena natural. Después se usan como materia prima para fabricar elementos de concreto como ladrillos, adoquines y separadores de concreto.

El uso de agregados naturales hace que haya una reducción del impacto ambiental. Ciclo, como modelo de negocio general, gestiona el desmonte, lo recicla y lo devuelve al mercado.

¿Cómo ha crecido Ciclo y qué impacto ha tenido la iniciativa?

Hemos crecido bastante, cada año crecemos un poco más en nuestra capacidad de producción. De alguna manera estamos poniendo nuestro granito de arena para generar una construcción más sostenible.

¿Cómo fue entrar al mercado de la construcción con materiales reciclados? ¿Existió algún rechazo de los usuarios?

Conforme hemos ido creciendo, hemos adaptado el modelo del negocio, entendiendo al mercado y sus necesidades. Si bien al inicio habían muchas barreras, tanto normativas como culturales- porque los ingenieros no confiaban en un material como ellos calificaban “hecho con basura”-, las cosas mejoraron. Hoy el mercado necesita soluciones verdes, necesita reducir el impacto ambiental en sus operaciones, necesita incrementar sus indicadores de sostenibilidad y en esta necesidad es donde hemos ido mejorando nuestro modelo de negocio para justamente ser un aliado de estas empresas que necesitan ser más sostenibles.

¿Cómo lograron que el mercado confíe en Ciclo?

Demostrando que el producto que ofrecemos es de calidad. Con diversas pruebas y ensayos de laboratorio iban mejorando nuestros productos tanto en vista como en sus cualidades técnicas. Como hay una norma técnica para cada tipo de material, siempre desarrollamos materiales conforme a los requisitos de esta normativa. De esa manera e introduciendo cada vez más el producto al mercado y viendo que otras empresas están usándolo, logramos reducir las barreras.

¿Cómo creen que Ciclo contribuye a la economía circular?

Si bien es cierto la economía circular tiene el ideal y el objetivo de ser un sistema que no genere residuos, nosotros creemos que el reciclaje es una herramienta para llegar a este ideal. A través del reciclaje podemos llegar a un sistema que no genere residuos.

¿Qué planes tienen para expandirse a otros países y a otras regiones?

Por el momento queremos consolidarnos aquí en en el Perú y sobre todo en Lima. El plan más inmediato sería poner una planta nueva de más capacidad para atender todas las oportunidades que hay hoy. En un lapso de 3 a 5 años quizá ya estaríamos listos para atender a otros mercados como Colombia, Chile y México que son muy interesantes. Además, también llevando materiales más innovadores.

¿Qué significó para ustedes recibir el premio Avonni?

Recibir el premio Avonni fue bastante satisfactorio, nos dio felicidad y compromiso, porque cada premio también es una responsabilidad, promete ser una voz autorizada que represente al galardón.

Finalmente, ¿qué consejo le daría a otros emprendedores que buscan generar impacto positivo desde la innovación?

Que tengan la cabeza bien fuerte, el tema mental bien fuerte porque no es fácil empezar porque te topas con muchas barreras, sobre todo las financieras pero con mucha paciencia y resiliencia.