El consumo privado retomó la senda del crecimiento

Entre muchas de las razones del entusiasmo por la clasificación del Perú al Mundial de fútbol Rusia 2018 estaba presente su impacto sobre la reactivación del consumo. Varios economistas, entre ellos el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, había aseverado que el optimismo de las personas las llevaría a aumentar su gasto. Pero advertía que era difícil cuantificar el impacto por estar en la balanza otras variables.

En el primer trimestre del año, el consumo privado creció 3,2% y todavía es prematuro saber la variación en el segundo trimestre por no haber terminado el período, pero ya hay cifras que respaldan una recuperación. La consultora Thorne y Associates estima que el consumo privado habría crecido alrededor del 4% entre abril y mayo de este año, y según el último reporte de inflación del BCR a junio, los indicadores recientes del consumo privado respaldan una “evolución positiva”.

“La recuperación del consumo privado es real. No es una ficción. Ha comenzado hace poco y tiene que ver con muchos factores: choques externos y un buen resultado de exportaciones de doble dígito con buenos precios de los minerales y de los productos agrícolas”, afirma Elmer Cuba, socio de Macroconsult.

FACTORES
Entre los principales indicadores que respaldan la evolución favorable del gasto de las familias a los que se refiere la autoridad monetaria está el crédito. En mayo, los préstamos a las personas crecieron en 10,7%, acelerando su ritmo de expansión anual por nueve meses consecutivos. En dicho mes, el financiamiento de consumo subió 11,6% y las colocaciones de hipotecas, que implican un endeudamiento de mayor plazo, aumentaron en 9,4%.

Cuba sostiene que detrás de las razones de una mayor expansión del crédito están la política monetaria expansiva del BCR, el crecimiento del empleo, la baja inflación y el aumento de la confianza de los consumidores. “El empleo formal está creciendo y el informal también. Pero ese crecimiento se ha acelerado un poco en los últimos tres meses. También, la baja inflación ha ayudado a que los salarios reales se mantengan”, dice el economista.

Según la Sunat, los puestos de trabajo formales en el ámbito nacional crecieron 4% en abril respecto al mismo mes del 2017. De estos, tres puntos porcentuales fueron explicados por el aumento de la planilla del sector privado, asociado tanto al sector servicios como de manufactura.

Actividades ligadas a centros de llamadas y asesoramiento empresarial aumentaron la demanda laboral formal en el sector servicios, y labores vinculadas a la agroexportación y sector agropecuario impulsaron la demanda de empleo formal en la manufactura. Esta situación llevó a que el ingreso promedio real y la masa salarial crecieran en 4,1% y 8,2%, respectivamente en dicho período.

El índice de confianza del consumidor de Lima Metropolitana de Apoyo Consultoría (Indicca) se ha elevado desde marzo y al cierre de mayo supera el promedio de los dos últimos años.

Asimismo, en abril el comercio aumentó 4,9% y alcanzó su tasa de crecimiento más alta desde junio del 2014, en parte por la venta al por mayor de enseres domésticos como: televisores, equipos de sonido y reproductores de video y línea blanca por la campaña del Mundial de Fútbol Rusia 2018 y del Día de la Madre, y por la venta de alimentos y bebidas en supermercados, hipermercados y minimarkets, según el INEI. En dicho mes, la importación de bienes de consumo duraderos creció en 22,4%.

SOSTENIBILIDAD
Cuba precisa que, en la robustez de los indicadores de consumo privado, además de factores externos como el alza del precio de los commodities y la mayor demanda de productos no tradicionales, han influido el dinamismo en la inversión privada y pública y la calma en el ambiente político.

Para Juan Carlos Odar, director ejecutivo de Phase Consultores, dicha robustez sugiere que el crecimiento del consumo es sostenible, pero dependerá mucho de la evolución de la inversión privada.

El banco central aumentó su proyección de crecimiento del consumo privado para este año de 3,2% a 3,4% y de 3,6% a 3,7% para el 2019. Cuba sostiene que en el horizonte no se ve una nube negra que pueda afectar la evolución del consumo, salvo que suceda algo negativo en el ámbito internacional.