Un aniversario sin la Tía (María), por Juan Carlos Odar

La región Arequipa concentra 5,5% de la producción y 4,4% de la población nacional. Su productividad per cápita (definida como el valor de la producción entre el número de habitantes) es 26,1% superior al promedio nacional.

El historiador económico Paul Gootenberg calculó que hacia 1827, el departamento de Arequipa tenía alrededor de 160.000 habitantes. Como en ese entonces se contaba con una población nacional de poco más de 1,5 millones de habitantes, un 10,6% del total residía en Arequipa.

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Los habitantes del departamento de Arequipa en 1827 generaban 11,4% del ingreso nacional. Con estos datos, se calcula que la productividad de la región Arequipa era alrededor de 8% superior a la del promedio nacional. Es decir, en términos relativos, a lo largo de nuestra historia republicana, Arequipa ha crecido más rápido que el resto del país. 

Al inicio de la República, la minería en Arequipa -extracción de plata en Caylloma- era una actividad secundaria, indica el historiador José Víctor Condori. El cambio se dio hacia fines del siglo XIX, cuando inversionistas locales y extranjeros formaron sociedades para la explotación de plata, oro y carbón, entre otros minerales.

Bruno Seminario estima que en 1827 el ingreso promedio de Arequipa fue de 31,47 pesos. Con un cálculo propio, a partir del contenido de plata de la moneda, encontramos que dicho monto resulta equivalente a US$403 actuales; en tanto que en el país llegaba a US$372. Mientras tanto, al 2018, el PBI per cápita del Perú fue de US$7.002, y el de Arequipa resultó en US$8.800.

No es que la minería haya sido la única razón del avance relativo de la región, que también ha sido origen de diferentes empresas industriales a lo largo de estos siglos. Pero sí cabe destacar el contraste, entre los inicios de la República y hoy, en la importancia de la minería en Arequipa. Una región que genera el mayor valor de producción minera y que contrata el mayor número de trabajadores para el sector, en ambos casos con una participación de alrededor de 15% del total. 

Y es en esta región que se acaba de “suspender indefinidamente” la licencia de construcción del proyecto Tía María. El efecto macroeconómico inmediato tal vez no sea tan alto o se diluya entre otros, pero las señales negativas para la inversión son varias; la principal es que manifiesta la debilidad institucional.

En estas circunstancias, la ciudad de Arequipa cumple 479 años este viernes. Esperemos que los 480 los cumpla en un mejor escenario. Y que lo mismo ocurra con el Perú en su bicentenario.