“Los vehículos eléctricos tienen aranceles más altos que los de combustión interna, lo que denota una labor pendiente en las políticas de comercio exterior”.
“Los vehículos eléctricos tienen aranceles más altos que los de combustión interna, lo que denota una labor pendiente en las políticas de comercio exterior”.
Redacción EC

Hace unos días, el anunció que se promoverá el uso de vehículos eléctricos en nuestro mercado a través de la implementación de un bono que incentive la demanda por este tipo de tecnología amigable con el medio ambiente.

 Al respecto, es importante reconocer que el interés del Gobierno por promover un sistema de transporte sostenible es primordial y que los beneficios a los que esto conlleva son importantes en términos económicos, sociales y ambientales.

 La mejora en la calidad del aire reduce la incidencia de enfermedades respiratorias y los gastos médicos, genera ahorros importantes provenientes de un menor costo de la electricidad frente a los combustibles fósiles y facilita la entrada de vehículos de última generación.

 Este anuncio a todas luces es una buena noticia; sin embargo, es importante que las autoridades enmarquen la medida en un contexto más amplio y no nos quedemos con la visión simplista de entregar un bono.

El marco en el que debe ser planteada la propuesta debe incorporar no solo un estímulo a la demanda, sino a la oferta de energía para alimentar a los vehículos con la electricidad necesaria para su funcionamiento. Por otro lado, debe considerarse que los vehículos eléctricos tienen aranceles más altos que los vehículos de combustión interna, lo que denota una labor pendiente en las políticas de comercio exterior relacionadas con el sector.

 Entre los años 2012 y 2014, en el marco de las negociaciones internacionales de cambio climático, Perú desarrolló el Plan CC para definir bases técnicas y científicas que incorporen el cambio climático en la planificación del desarrollo del país. Este plan estimó que dos de las opciones con mayor capacidad de reducción de emisiones eran la introducción de vehículos livianos híbridos y la introducción de vehículos livianos eléctricos, lo que reduciría las emisiones de CO2 en 113 millones de toneladas para el caso de los híbridos y 138 millones de toneladas para los eléctricos, entre los años 2015 y 2050.

 El anuncio del MEM, como otras medidas del Estado, deberían ser parte de una política pública integral, en la que se privilegie la generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, pues frente a la idea de que los vehículos eléctricos no generan emisiones, está la realidad de la generación térmica que probablemente los alimentará, que no es cero emisiones.

 De acuerdo con el COES, en el Perú la generación de energía proveniente de fuentes renovables no convencionales (paneles solares, energía eólica, entre otras formas), alcanza el 5,06% de la producción total anual, de manera que el íntegro del planteamiento debe considerar las fuentes de energía para guardar consistencia con una política de Estado que trascienda al sector automotor y que busque que la matriz energética se modernice y los beneficios sean realmente tangibles.

 A pesar de todo lo anterior, este anuncio es un buen primer paso. Es señal de que las autoridades están considerando la sostenibilidad como un factor de competitividad y modernidad que, sin duda, traerá beneficios para todos.

*Patrick Huggard-Caine es economista y gerente general de PHC Business Consulting.

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