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Manuela Zurita

Las compañías azucareras peruanas no son ajenas a la caída del precio del en el mercado internacional. En efecto, en lo que va del año el endulzante e ingrediente industrial ha perdido 25% de su valor, convirtiéndose en el commodity de peor perfomance en el Bloomberg Commodity Index.

La contracción comenzó a mediados del 2014 y se espera que persista debido a la existencia de una sobreproducción global, que alcanzaría un techo nunca visto antes a fines de septiembre próximo, proyecta Bloomberg.

“Los precios han caído a un punto en que prácticamente la totalidad de las azucareras no cubren los costos”, afirma John Carty, gerente general de Coazúcar del grupo Gloria. “Esto cuestiona la sostenibilidad del rubro, las inversiones, los puestos de trabajo, miles de pequeños sembradores y medianos empresarios que no tienen adónde migrar”, amplía. 

Diego Cateriano, gerente general de la Asociación Peruana de Agroindustriales del Azúcar y Derivados (Apaad) -que integra a 9 ingenios azucareros gestionados por 5 grupos- añade que a dicha situación se suma la competencia local con el azúcar importada, subsidiada en sus mercados de origen. 

Al respecto, el especialista en agronegocios, César Romero, anota que el 76% del azúcar refinada proviene de , que protege el commodity de la volatilidad mediante un fondo de compensación. Vale recordar que el gobierno fijó un arancel de 10% sobre esta partida hace dos semanas, ya que el país norteño incumple una sanción del Tribunal de la Comunidad Andina que le exige abrir su mercado al arroz peruano. 

“Es una medida temporal”, cuestiona Cateriano y apunta que se requieren decisiones de mayor alcance que garanticen la competencia “de igual a igual” con los importadores.

En ese contexto, las azucareras han priorizado la inversión en gestión hídrica, un recurso fundamental, pero escaso del negocio en la costa desértica peruana. “El que no tecnifique, no va a poder trabajar, no le van a dar los números”, sostiene Diego Szeinberg, gerente general de Rélix, proveedora israelí de tecnología de riego.

Explica que en esa línea las compañías están apostando por el uso de pivotes (riego aéreo), cuyo costo de instalación es menor al de aspersión o goteo, tanto en irrigaciones como en los valles intermedios del litoral. Sobre todo en aquellos, como el de Chicama, en La Libertad, donde existe agua superficial dos meses por año. Allí opera Casa Grande, el mayor ingenio en áreas y producción del país.

EN LA SOMBRA

Poco se conoce sobre el impacto que tiene la coyuntura de precio bajo del commodity en Empresa Agroindustrial SAA, Empresa Agropucalá SAA, Empresa Agroindustrial Pomalca SAA y Empresa Azucarera Andahuasi SAA. Estas cuatro compañías no han logrado reflotar financieramente dos décadas después de la creación de la ley que buscó incentivar la capitalización de la industria. 

Además de registrar deudas millonarias y no presentar estados financieros a la Bolsa de Valores de Lima (donde están listadas), son foco de conflictos sociolaborales frecuentes, como el que emergió a principios de este mes en Tumán, cuando la nueva administración judicial a cargo de Coali SA (del Grupo ) intentaba instalarse. Las protestas continuaban hasta la semana pasada, tras su efectiva asunción. 

Una fuente experta independiente del sector azucarero, que prefirió no ser identificada, refirió que la falta de transparencia ha favorecido a los administradores judiciales encargados de reorganizar las ex cooperativas. Además, dijo, desalienta la puesta en valor de los activos y su atractivo ante inversionistas nacionales y extranjeros. 

Aunque con menores resultados, estas compañías siguen operando. En efecto, del 2012 al 2017 Tumán pasó del quinto al noveno lugar en el ránking de producción nacional elaborado por Adaap; Pucalá, del séptimo al décimo; Pomalca se mantuvo en el octavo; y Andahuasi, del décimo al décimo primero. 

El control de esta última estaría dividido entre los grupos Bustamante y Wong, según fuentes conocedoras de la zona. Ante la caída del precio del azúcar, el primero estaría apostando por diversificar su portafolio con palta, tilapia y productos lácteos. El otro, seguiría cosechando la caña y vendiéndola a su empresa hermana Paramonga. La mayor cuenta por cobrar de esta última (S/21 millones) es de la azucarera Andahuasi, según los últimos estados financieros presentados por Paramonga. 

¿Cómo reflotar estas compañías? Para el economista e investigador del sector agropecuario Eduardo Zegarra, es necesario plantear un modelo de gestión diferente al de las administraciones judiciales. “Hay que buscar modelos cooperativos de nueva generación”, sugiere y señala que dicha propuesta supone establecer “reglas claras” de parte del Estado. En eso coinciden Carty y Cateriano.

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