"Sería interesante si se presenta una oportunidad de alianza estratégica" sostiene Miguel Ramírez, gerente general adjunto de Clínica Santa Isabel.    (Foto: Renzo Salazar)
"Sería interesante si se presenta una oportunidad de alianza estratégica" sostiene Miguel Ramírez, gerente general adjunto de Clínica Santa Isabel. (Foto: Renzo Salazar)
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Manuela Zurita

Ubicada en el ‘hub’ de de la Avenida Guardia Civil, en San Borja (Lima), la , especializada en , cumplirá el próximo 26 de octubre 40 años. Son cuatro décadas desde que el centro, fundado por la familia Ramirez, abrió sus puertas.

Liderado hoy por Miguel Ramirez Noeding (hijo de Miguel Ramirez Zaborosch y nieto de Noé Ramirez Zapata, los fundadores), quien se desempeña como gerente general adjunto desde el 2013, la clínica cuenta con planes a corto, mediano y largo plazo.

Aunque hasta ahora el negocio ha crecido en los 1.745 m2 que ocupa (comenzaron a sumar pisos en 1982 y hoy tienen cuatro, con 15 consultorios, un tope de 28 habitaciones, una sala de parto y dos salas de operaciones), Ramirez no descarta la posibilidad de crecer orgánicamente. Pero no solos, como lo han hecho hasta ahora.

"Sería interesante si se presenta una oportunidad de alianza estratégica para, a través de ella, poder expandir la oferta de servicios gineco-obstétricos de la clínica a nivel de Lima y provincias", revela Ramirez a Día1, cuando se lo consulta si han recibido ofertas de compra de jugadores locales o extranjeros. Al respecto, aclara que hasta el momento no han recibido propuestas y que en este momento "no está contemplada una venta".

Sobre una eventual "alianza estratégica", precisa que supondría "crear sinergias al unir clínicas diferentes, pero independientes". Bajo ese formato, podrían realizar compras conjuntas de medicamentos e insumos médicos así como compartir mejores prácticas y temas de calidad, entrenamiento y capacitación, para reducir costos.

En el 2013 la clínica anunció que proyectaba ampliar sus operaciones a provincias, según informó este Diario en aquel entonces. "Al final no se dio. Quisimos mantenernos chicos para mantener la calidad". "¿Por qué?", le preguntamos al gerente general adjunto. Según Ramirez, decidieron frenar el plan porque dicha ‘movida’ suponía un reto para vigilar la correcta implementación de los dos sellos de calidad de servicio que hoy poseen: el ISO 9001 y la acreditación Acreditas Global. El primero lo comenzaron a tramitar en el 2009 y el segundo, lo obtuvieron en el 2012.

La posición de la clínica no ha variado en ese sentido. Según Ramirez, el plan de expandirse por cuenta propia “está bastante descartado”. Sin embargo, el ejecutivo reconoce que desde que hicieran público el plan en el 2013 el mercado se ha vuelto más competitivo con el ingreso de nuevos jugadores -que poseen asimismo certificaciones internacionales- en el servicio de maternidad, su mayor fuente de ingresos. Según precisa, el servicio de obstetricia representa el 80% de la facturación de la clínica. El resto proviene de ginecología.

"Al final no se dio. Quisimos mantenernos chicos para mantener la calidad", subraya Ramirez, gerente general adjunto de Clínica Santa Isabel, sobre el plan de expansión por cuenta propia anunciado en el 2013. (Foto: Renzo Salazar)
"Al final no se dio. Quisimos mantenernos chicos para mantener la calidad", subraya Ramirez, gerente general adjunto de Clínica Santa Isabel, sobre el plan de expansión por cuenta propia anunciado en el 2013. (Foto: Renzo Salazar)
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"Hay muchas inversiones grandes, pero finalmente están siendo clínicas generales que abren un área de especialidad", afirma. De allí que con su estrategia -más allá de una eventual ‘alianza estratégica’ con terceros- hayan descartado abrirse a nuevas especialidades. "El que mucho abarca poco aprieta", dice.

FOCO EN TECNOLOGÍA

En ese sentido, Santa Isabel ha apostado por “mejorar y afinar procesos”, dice Ramirez y explica que han invertido en dos frentes: tecnología y capacitación. Esto incluye equipos médicos, como incubadoras y ventiladores, y la remodelación de ambientes, en los que se ha invertido S/2 millones desde el 2016 a la fecha. Además, informa que prevén invertir en equipos de rayos X digitales, para optimizar y agilizar los procesos de análisis.

Al respecto, señala que la clínica cuenta con un área interna de desarrollo enfocada en la creación de software para el negocio, que estará a cargo de diseñar un aplicativo para citas, que prevén implementar el año próximo. "Hay algunos ajustes que hay que hacer al sistema interno para que pueda haber la interconexión [con el aplicativo]", explica Ramirez.

En capacitación, están trabajando en la especialización de médicos en cirugías mínimamente invasivas, como laparoscopías para remoción de miomas, quistes y útero o ligadura de trompas. En efecto, la clínica busca potenciar este tipo de operaciones como parte de la oferta de servicios ginecológicos. Con 30 cirugías promedio al mes, este año estiman que el número crecerá 10% respecto al 2018.

Santa Isabel proyecta cerrar el 2019 con una facturación de S/33 millones, un 3% más que el año pasado , cuando generaron ventas por S/32 millones, precisa Ramirez.

DATOS

Público objetivo. La mayoría de los pacientes de la clínica provienen de Lima. De provincias, los visitan de Ica y Chincha, precisa Ramirez. El 80% tiene entre 29 y 40 años.

►Por mes, la clínica atiende entre 140 y 160 partos.

El 90% de sus pacientes se atiende con seguros y el 10% es particular. Para este último grupo, lanzaron un paquete que incluye el parto, la atención y estudios prenatales con un equipo médico específico. Según este plan, el costo de un parto natural es de S/5.900. Una cesárea asciende a S/8.950.

Lecciones aprendidas. En el 2017, personal de la clínica entregó un bebe en el cuarto erróneo, lo que hizo que la familia del recién nacido expusiera el error ante los medios de comunicación. “Eso siempre afecta la reputación”, asume Ramirez. “Fue una entrega equivocada. Se entró un bebito en una habitación que no es y en cuestión de minutos se hizo la corrección”, cuenta y explica el error ocurrió pese a que el bebe tenía pulseras de identificación en sus brazos y pies. ¿Cómo gestionaron el error? A dos años del caso, el gerente general adjunto explica que dicho evento los llevó a revisar y reforzar protocolos. “Los hicimos más estrictos para evitar que algo así se vuelva a repetir”, sostiene.

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