Las grandes colas que hubo cuando Forever21 anunció su ingreso al país allá por el 2014, se volvieron a ver en sus puertas, esta vez en el remate final ante su inminente salida del mercado peruano, diez años después. A inicios de julio, se conoció que la cadena ‘fast fashion’ estadounidense, que era un feroz competidor en el sector en el globo, se retiraba del Perú, apenas unos días después de que se confirmara también su salida de Colombia.
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Una retirada de América Latina que ha sido progresiva, dado que también se fue de Chile a inicios del 2024 y de Brasil hace dos años atrás, en el 2022.
Es así que durante el mes de julio, Forever21 cerró su local en el centro comercial Jockey Plaza, el segundo que abrió en nuestro país y que en ese entonces, en el 2015, anunciaba como su ‘flagship’ de Sudamérica. Hoy esos 3.200 m2 distribuidos en tres niveles quedaron desiertos. Por el momento, claro está.
El último bastión de la emblemática ‘fast fashion’ ha sido el local de Real Plaza Salaverry, precisamente el lugar donde comenzó la historia de la marca en el país. Durante julio y agosto, la marca ha realizado las últimas liquidaciones de sus inventarios.
“Efectivamente esta marca decidió salir del Perú y de la región hace un par de meses y nos han acompañado en Real Plaza hasta agosto de este año”, comenta Misael Shimizu, CEO de Real Plaza, a Día1. Asimismo, adelanta que pronto se van a escuchar novedades sobre cómo se relanzará el espacio-de más de 1.000 m2- que deja Forever21, algo que espera que se realice antes de fin de año.
¿Cuándo comenzó la debacle de Forever21?
¿Qué pasó para que Forever21, la gigante minorista que llegó a operar más de 6100 tiendas en el mundo, cayera en el hoyo? Y que, inclusive, sus planes retrocedieran en mercados incipientes como el peruano, donde aspiraba a tener un crecimiento agresivo tras los primeros resultados y la expectativa de sus dos primeras tiendas. Según nuestros archivos, en el Perú, a finales del 2015, la compañía tenía en la mira la apertura de entre cuatro y seis tiendas en los siguientes dos años, donde apuntaban a llegar a Plaza Norte, Megaplaza, Mall del Sur y a las regiones de Arequipa, Cusco y Piura. Pero todo quedó en planes.
Lo que ocurrió fue que esta conocida ‘fast fashion’ empezó a tener problemas en sus finanzas a nivel global y hoy en día afronta un proceso de reestructuración empresarial, que la ha llevado a la decisión de salir de cuatro países de América Latina. Estos problemas se iniciaron antes del 2019, antes de la pandemia, un periodo en el cual la compañía tuvo que cerrar 178 establecimiento solo en el mercado norteamericano. Como la situación era insostenible, la gigante optó por acogerse al Capítulo 11-o ley de bancarrotas- de Estados Unidos. A raíz de ello, empezó este proceso de reestructuración, en el que anunció que también cerraría 350 puntos de venta en el mundo.
En medio de todo este contexto adverso, por supuesto, la pandemia fue un duro golpe para Forever21. Como explica Ernesto Aramburú, director de la consultora A&M Gestión y Desarrollo, si bien la ‘fast fashion’ ya tenía problemas del concepto en sí de su negocio desde antes de la pandemia, el cierre de las tiendas físicas impactó demasiado en su operación. “Algunos lo pudieron sobrellevar por su sistema de ventas por Internet, pero Forever21 no era fuerte en e-commerce. Es así que en el Perú, donde el cierre de las tiendas físicas-por pandemia- duró casi dos años (con restricciones de aforo) pasó a quedar relegada siendo superada por Zara y H&M, que se quedó en el primer lugar”, sostiene el especialista.
Así, en el 2023 la compañía tuvo pérdidas, con ingresos operacionales por $26.223 millones, un descenso de 20,15 % si se compara con las cifras de 2022. En América Latina, la operación de Forever21 pasó a manos del operador costarricense AR Retail, un holding especializado en moda, esto luego de que la firma se acogiera a la ley de bancarrota.
Lo que Forever21 no hizo bien, pero H&M y Zara sí
Aramburú remarca que dentro de las múltiples razones por las que Forever21 cayó en esta crisis, hay dos factores centrales que lo explican: el modelo de negocio en el que se centró la ‘fast fashion’ y su demora en ingresar al e-commerce.
El experto comenta que cuando las tiendas físicas estuvieron cerradas por casi dos años, las otras marcas de ‘fast fashion’ como Zara y H&M cambiaron su forma de hacer las cosas rápido gracias a que contaban con un modelo de integración vertical. Esto es que realiza por sí misma el diseño, buena parte de la fabricación y la logística, además de la distribución a través de sus tiendas propias.
“Si ves el modelo de Zara, del grupo Inditex de Amancio Ortega, su fundador, tiene una integración vertical, que le permite no esperar tres meses por una temporada sino que hayan 15 o 20. Hacen una temporada casi de inmediato, con mucha velocidad para llegar al público a buen precio y moda, lo que hace que la gente vaya más veces al punto de venta. Esto les permitió responder y adaptarse a los cambios que se dieron (durante y luego de la pandemia)”, afirma el experto en ‘retail’.
Y esto, resalta, no pasó solo con Zara, también con H&M, por lo que ya la competencia se centró en quien tenía mejor moda. “Entre que diseñaban la moda, la realizaban y la despachaban, pasaban menos de 45 días porque tenían la logística para hacerlo”, apunta.
Forever21, en cambio, tenía una menor integración en su modelo de negocio, explica Aramburú. “No entendió que lo más fuerte no era la comercialización sino la logística. Además de que hoy la mercadería no está en la tienda sino que de la bodega sale a reparto. Esos cambios y la nueva velocidad del sistema de venta que si no estaban integrada no lo podías hacer”, analiza el experto de A&M Gestión y Desarrollo, quien comenta que cuando vieron el ingreso al e-commerce ya otros le habían tomado ventaja.
Para Leslie Passalacqua, presidenta del gremio de Retail y Distribución de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), la salida de Forever21 del mercado peruano es lamentable, ya que su ingreso al Perú dio un nuevo giro al ‘retail’ y la moda ‘fast fashion’, pero representa una oportunidad para que otras marcas consoliden su posición.
“La empresa no logró recuperar el nivel de ventas que tenía anterior a la pandemia; además, de que tampoco pudo adaptarse a tiempo al e-commerce”.
Leslie Passalacqua, presidenta del gremio de Retail y Distribución de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Aramburú coincide y afirma que la marca siempre miró a Zara, H&M o Falabella como su competencia pero no vieron al e-commerce. “Y hoy la manera de vender cambió, el mercado de ‘retail’ ha cambiado totalmente, con la omnicanalidad , todo vale”; sentencia. De hecho, remarca que hoy ya no se hacen grandes tiendas ni ‘malls’ de gran tamaño y que, ante la aparición de más plataformas de e-commerce, que vienen muy fuerte, como Temu o Shein, se le tiene que dar al consumidor algo para que vaya físicamente a las tiendas.
“El canal e-commerce sigue siendo relevante para el consumidor, en algunas categorías como ropa y calzado logran hacerse muy fuerte, por lo que no tener presencia significa reducir las oportunidades de cierre comercial, un ejemplo claro es Shein, que ha logrado muy buena aceptación en los consumidores de ‘fast fashion’”, agrega José Oropeza, socio director de la consultora Impronta Research.
De acuerdo a Aramburú, las ventas de Forever21 en el Perú se vieron drásticamente golpeadas, al pasar de un promedio de US$1.000 por m2 al mes a US$350 por m2, en tiendas que tenían, en promedio, 1.500 m2. Hoy en día, con estos cambios, el mercado lo pasó a liderar H&M..
Cómo queda el mercado y quiénes son los nuevos jugadores
El mercado de ‘fast fashion’ estaba dominado por H&M, Forever21 y Zara, asegura Oropeza; no obstante, con la salida de Forever21, la que era la favorita de los ‘millenials’, se crea un vacío que podrá ser aprovechado por los otros dos grandes jugadores que se mantienen en la categoría, comenta el ejecutivo.
La multinacional sueca H&M aterrizó en el mercado peruano en el 2015 con un plan agresivo de aperturas en el país que sí cumplió. Con 19 tiendas en Lima y en las principales regiones del país, así como un canal e-commerce que se consolida, hoy es la ‘fast fashion’ mejor posicionada en el país, destacan los especialistas consultados para esta nota.
Por su parte, Zara, del grupo Inditex, viene desarrollando un portafolio de marcas interesantes, lo que le permitirá capitalizar beneficios en el corto plazo, destaca Oropeza. De hecho, la cadena, que aterrizó en el país el 2012, cuenta también con sus tiendas Zara Home desde hace algunos años.
Actualmente, tiene cuatro tiendas, una de las cuales ha ampliado y remodelado en Real Plaza Salaverry y recientemente abrió su local más grande (4.400 m2) en Plaza San Miguel.
“La salida de Forever21 deja el panorama competitivo con estas dos grandes marcas que deben interiorizar que para ganar la preferencia del consumidor, primero, deben entenderlo y conocer sus preferencias sobre los actuales canales de compra. El fenómeno Shein viene impactando en los resultados de esta categoría de ‘fast fashion’ a nivel mundial y Perú no debería ser la excepción, los canales e- commerce juegan un papel aparte, mejorar su performance es avanzar en esta batalla por las preferencias”, enfatiza.
Para ello, Oropeza indica que es vital para las marcas mejorar la experiencia de los ‘shoppers’ en su proceso de compra sea esta presencial o digital, además de tener una estrategia de ‘category management’ para facilitar la compra, estar al día en las tendencias y lograr una buena relación calidad/precio.
Pero no serán las únicas marcas ‘fast fashion’ en el país. “El ingreso de nuevos jugadores en el mercado ya es una realidad. El grupo Inditex, de Zara, viene robusteciendo su oferta de marcas ‘fast fashion’ con marcas como Stradivarius y Oysho, que permiten una mayor amplitud y oferta de productos. Esto le inyectará una dinámica distinta a la categoría con un set de ocasiones diferente relacionadas a la lencería e indumentaria deportiva”, nos explica sobre las nuevas marcas que aterrizarán en el mercado.
De acuerdo a Passalacqua, la llegada de estas dos marcas de Inditex va a dinamizar el segmento de la moda rápida y ofrecerá nuevas alternativas a los consumidores. Asegura que estos movimientos son parte de la evolución natural del mercado y demuestran la capacidad del ‘retail’ peruano para adaptarse a las nuevas tendencias globales.
Agrega que además de Stradivarius y Oysho, que ingresarán al Jockey Plaza el 5 de septiembre este año, Massimo Dutti, la marca de ropa formal del grupo Inditex, también hará lo propio. “El impacto de estos cambios está por verse, pero esperamos que contribuya a una mayor diversificación de la oferta y a una mayor competencia en el mercado”, afirma Passalacqua.
Por su parte, Aramburú confiesa que le gustan mucho las segundas marcas de Zara y del grupo Inditex, y que la mejor temporada para ingresar al mercado es en septiembre, que es el mes en el que arranca la moda. “Van a tener que explorar nuevas categorías, que les dé mayor margen y roten rápido con una estrategia de diversificación, que fue la base del éxito de Zara y H&M”, recuerda.
El consumidor hoy ha evolucionado mucho en su relación con la categoría de ‘fast fashion’, por lo que se hace necesario anticipar comportamientos y entender cuál será su dinámica de compra en los próximos seis meses. Oropeza resalta así que hoy el 53% de ‘shoppers’ compra de forma mensual y su ticket promedio está alrededor de los S/265, con el reto de incrementar el ticket y la presencia en la tienda. Este último dato es importante, comenta el especialista, considerando que cuatro de cada 10 visitas se convierten en venta dentro de esta categoría de ‘fast fashion’.
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