Mercedes Aráoz juró como nueva presidenta del Consejo de Ministros y, junto a ella, cinco nuevos integrantes del Gabinete Ministerial. Entre ello, Claudia Cooper (MEF), Idel Vexler (Minedu) y Carlos Bruce (Ministerio de Vivienda). (Foto: Anthony Niño de Guzmán / El Comercio)
Mercedes Aráoz juró como nueva presidenta del Consejo de Ministros y, junto a ella, cinco nuevos integrantes del Gabinete Ministerial. Entre ello, Claudia Cooper (MEF), Idel Vexler (Minedu) y Carlos Bruce (Ministerio de Vivienda). (Foto: Anthony Niño de Guzmán / El Comercio)
Gonzalo Carranza

Hoy debuta un nuevo . Al escribir este artículo, la noche del viernes, no se sabían los nombres de los nuevos ministros. Pero sí se conocían algunos temas que le deberían quedar claros al nuevo equipo de Pedro Pablo Kuczynski. Trataré de resumir dos de ellos.

1) Necesitan una causa: la única gran causa del Gobierno fue encabezar la movilización masiva de solidaridad ante El Niño costero. De ese impulso, sin embargo, no queda rastro. De “Una sola fuerza” se pasó a un proceso de reconstrucción en el que los ministros volvieron a sus escritorios, los intereses subalternos de actores políticos, empresariales y gremiales comenzaron a mostrar sus ansias mercantilistas, y hasta el inspirado eslogan se ‘comoditizó’ para atender todo tipo de necesidad comunicacional oficialista.

La educación parece emerger hoy como la causa a enarbolar. Es urgente, es trascendente y toca la vida de la gente. Pero no se puede dejar en manos de un solo ministerio o un individuo. Debe ser el estandarte de todo el Gobierno.

Y tampoco debe perder espacio frente a otras iniciativas que difícilmente movilicen a la opinión pública. Ejemplo de ello fue el protagonismo de los decretos legislativos aprobados con las facultades delegadas: una iniciativa técnicamente acertada, pero imposible de comunicar e incapaz de conmover.

2) Necesitan un adversario: durante la censura de Jaime Saavedra, PPK y Zavala declinaron confrontar con el fujimorismo. La vocación por el diálogo y la cortesía se convirtieron en señales acumuladas de debilidad. En el debate de la cuestión de confianza, la congresista de Fuerza Popular, Alejandra Aramayo, mostró un eficaz compilado de videos y notas periodísticas en las que Zavala declaraba la “fructífera colaboración” entre oficialismo y oposición.

En las últimas semanas, por el contrario, Zavala ya reconocía abiertamente que era imposible negociar con Fuerza Popular, incluso iniciativas consensuadas por PPK con Keiko Fujimori en su ‘cumbre’ de hace solo unos meses. El ensañamiento con Marilú Martens fue la gota que colmó el vaso.

Cuando el fujimorismo vuelva a mostrar sus músculos, el nuevo Gabinete puede aprovechar el blindaje constitucional ganado con la cuestión de confianza para dar pelea.

Terminada la ilusión de una paz política entre las dos fuerzas que dominan el país, tal vez un escenario de ‘guerra fría’ termine siendo lo mejor a lo que podamos aspirar. Finalmente, fue la amenaza de una destrucción mutuamente asegurada la que contuvo a EE.UU. y la Unión Soviética de tentar el apocalipsis.

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