
La minería de pequeña escala está reemplazando a la agricultura y a la ganadería como actividades de subsistencia en vastas zonas del Ande, donde las comunidades solían oponerse férreamente a la explotación minera.
Esto, debido al extraordinario incentivo económico que representa la extracción de oro,’ commodity’ cuyo precio viene escalando de forma persistente en el mercado internacional (27%, solo en el 2024).
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“¿De qué manera se detiene eso, si las comunidades no cuentan con alternativas de desarrollo que puedan competir contra la minería informal?”, exclama Patricia Balbuena, ex ministra de Cultura.
Como señala Ramón Escobar, vocero del Grupo de Diálogo, Minería y Desarrollo Sostenible (GDMDS), es imposible que un operario artesanal de Madre de Dios, que “gana no menos de S/4 mil a S/5 mil al mes”, deje lo que está haciendo para dedicarse a los cultivos alternativos.
Por el contrario, ocurre que más peruanos están abandonando el campo para sumarse a la minería artesanal aurífera, la cual trae aparejada pingües ganancias, pero también azotes como la minería ilegal y la delincuencia organizada.

En este contexto, el Instituto Peruano de Economía (IPE) proyecta que la exportación informal (e ilegal) de oro rompería récords en el 2024 con cerca de 130 toneladas (40% más que en 2024) si continua la tendencia alcista del metal dorado.
Esta es una perspectiva que añade premura a los esfuerzos del Estado por formalizar a los pequeños mineros y mineros artesanales que conforman el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), mecanismo que viene siendo prorrogado una y otra vez por el Congreso ante el pobre éxito del proceso y a la presión ejercida por los miles de inscritos que no han concretado su formalización.
Y es que solo 2.100 de los 84 mil Reinfo han logrado culminar todas las etapas. Cabe preguntarse, entonces, ¿qué está haciendo el Estado para enderezar este proceso y cerrar definitivamente el REINFO?
PLANTAS DE BENEFICIO
El Ejecutivo y el Congreso tienen seis meses de plazo, prorrogables por otros seis meses, para hallar una solución que satisfaga a las principales partes involucradas.

Esto es, a los mineros en vías de formalización, que han solicitado la ampliación del Reinfo, y a las grandes y medianas mineras, que buscan su cancelación por considerarlo una venta abierta para la minería ilegal y la delincuencia.
Y es que la distancia que separa a ambos segmentos se ha acrecentado con el retiro de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) de la mesa organizada por la Comisión de Energía y Minas para elaborar la nueva ley de la minería artesanal y pequeña minería (Ley MAPE). Esto, debido a la supuesta parcialización mostrada por el presidente de dicho grupo, Paul Gutiérrez, en favor los mineros informales.
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El Congreso es uno de los dos espacios donde se lleva a cabo el debate de la formalización. El otro es el Minem, entidad que viene elaborando un set de propuestas “con aportes de las empresas mineras, las entidades académicas y la cooperación internacional”, refiere Máximo Gallo, flamante director de Formalización Minera del ministerio.
Para contribuir con este análisis, el Grupo de Diálogo recomienda dejar de lado las diferencias y buscar puntos de convergencia, como la trazabilidad de la cadena del oro, la cual es “una propuesta en la que todos concuerdan y no se han dado cuenta”.
En efecto, la SNMPE ha puesto énfasis en la trazabilidad de la cadena comercial del oro, empezando por “las plantas de beneficio establecidas en la costa”, muchas de las cuales procesan el mineral obtenido de manera ilegal. “Si se hace una trazabilidad de las plantas procesadoras, se podrá romper la cadena y se logrará el orden”, indica Víctor Gobitz, ex presidente del gremio minero-energético.

Un estudio elaborado recientemente por el Grupo de Diálogo devela que el 30% de todo el mineral aurífero producido por la minería artesanal se procesa en plantas de beneficio. Más aún, la sociedad civil ha identificado 8.355 Reinfo orientados al procesamiento de minerales, de los cuales 2.583 tienen registro vigente y 5.772 tienen registro suspendido.
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Para empujar el ordenamiento de las plantas de beneficio, el Grupo de Diálogo propone implementar el Registro Especial de Comercialización y Procesadores de Oro (RECPO), el cual es un sistema de trazabilidad “nutrido con alta tecnología” que está desarrollando el Minem.
De hecho, Gallo manifiesta que esta entidad se está preparando para lanzar dicha herramienta, la cual operará con aplicativos informáticos ‘online’ y que “será fundamental para la trazabilidad del comercio del oro ilegal”.
RECPO, cabe precisar, trabajará con una ‘app’ denominada Qori, la cual será de uso obligatorio para los mineros en vías de formalización.
Depuración del reinfo
Otra propuesta que goza de amplia aceptación es la depuración del Reinfo. Esto, con el fin de diferenciar a los mineros informales de los ilegales, y de acotar el universo de mineros que sí pueden formalizarse.
Y es que la evidencia indica que hay centenares de registros que no guardan ningún correlato con labores mineras o plantas de beneficio que existen en la realidad. Así lo muestran los centenares de registros depurados en meses previos. Es el caso de diez inscripciones con coordenadas georreferenciadas al Océano Pacifico, y de 18 geo-referenciadas a países vecinos, como Brasil (16), Ecuador (1) y Bolivia (1).

No sólo eso, la administración del exministro Rómulo Mucho expurgó 2.172 inscripciones correspondientes a 1.723 personas naturales fallecidas, las cuales eran pirateadas por mineros ilegales. En total, el Minem ha logrado excluir 5.400 Reinfo.
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José Farfán, Presidente del Instituto de Promoción y Formalización de la Minería a Pequeña Escala, explica que esto acontece porque los gobiernos regionales, encargados del proceso de formalización, no cuentan con el personal ni con los fondos para realizar la inspección correspondiente.
A su entender, lo que se debe hacer para abreviar la formalización es acotar el Reinfo a los 19.129 registros vigentes, porque los suspendidos (64.792) corresponderían a personas “que no son mineros”. Se trataría, en otras palabras, de Reinfo obtenidos para especular y no para hacer minería.
En ese sentido, el especialista recomienda enfocar la formalización en las cuatro regiones en donde se concentra el mayor número de Reinfo vigentes: Puno, Arequipa, La Libertad y Madre de Dios.
Grandes vs. pequeños
Finalmente, los especialistas consultados para este informe recomiendan buscar maneras para que los mineros en vías de formalización puedan acreditar la titularidad de las concesiones sobre las que trabajan (que han invadido), pues se sabe que la mayor parte de estas pertenecen a terceros.
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De acuerdo a estadísticas del Minem y el Grupo de Diálogo Minero entre el 90% y el 95% de los mineros en vías de formalización opera sobre concesiones ajenas, presumiblemente, de grandes y medianas mineras que “no quieren firmar contratos de explotación con ellos”.
En ese sentido, Pedro Yaranga, analista en conflictos sociales, recomienda “respetar las áreas donde trabajan las mineras formales, y destinar las zonas que estas no trabajan a los mineros artesanales”.
Sin embargo, el Grupo de Diálogo ha encontrado evidencia que sugiere que esta oposición entre grandes y pequeños no se asienta sobre bases sólidas. En efecto, un estudio realizado por el colectivo devela que el 70% de las concesiones donde laboran los mineros en vías de formalización pertenece, no a grandes mineras, sino a pequeños mineros y mineros artesanales.

“Eso significa que no hay intereses contrapuestos entre la gran y la pequeña minería, como no sea en Pataz, Las Bambas y en siete u ocho lugares más”, apunta Farfán.
A entender de Ramón Escobar, este es un llamado de atención a las grandes empresas mineras para que cambien la manera en que ven a la pequeña minería y empiecen a tratarla como un socio estratégico.
Homar Lozano, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), apunta que sí existen ejemplos de esto, como el convenio suscrito entre minera Shahuindo (Cajamarca) y la sociedad San Blas de Algamarca, la cual agrupa a 100 pequeños mineros.
“La sinergía entre la gran minería y la MAPE sí existe hoy en día. Quizá no a gran escala, pero existe”, anota el ingeniero de minas.